jueves, 29 de diciembre de 2011

Intercambio de solsticios (294)

Bilbao, 27 de junio de 2004

Querida Lorsen:

Como ves te escribo a medio camino entre tu cumpleaños –tendrías ahora 46- y un año y siete meses desde que te fuiste. El mismo día 24 he puesto unas flores silvestres junto a tus restos.
Ayer comí en casa de tu padre. Él ya no oye nada en absoluto. Se ha encargado dos “sonotones” que le van a costar un ojo de la cara. Tu hermana está más loca que nunca. Grita por la escalera por cualquier cosa, canta de modo estridente y eructa de la manera más grosera. “Es cosa de familia”, dice como excusa.
Estos días estás más presente que nunca. Tu imagen se apodera de todos mis momentos y nada me gustaría más que volver a empezar hoy, de nuevo, como si todo lo que ha ocurrido no hubiera sido realidad.

Te quiero.

1 comentario:

Sake dijo...

Te escribo como si estuvieras aquí, te cuento mis cosas como si estuvieras aquí, luego me digo ¿qué hago si no está?, y vuelvo a escribirte mis tristezas y mis cosas, en la seguridad de que me escuchas.