jueves, 1 de diciembre de 2011

Intercambio de solsticios (280)

- Total, que se fueron los dos hermanos, Alfonso y Leonardo, hacia la oficina de Raúl –siguió equis-. Trataban, los dos, de hacerse con las copias del informe del detective.
‘ Raúl les hizo entrega del informe y después de preguntar a Alfonso si se consideraba suficientemente impuesto del asunto y de que este considerara que sí, en efecto, Leonardo le había contado todo con suficiente detalle, empezó a decir:
‘ Bueno. Os puedo contar que he vuelto a hablar con el detective… en fin, se trataba de que me diera el importe total de la factura –dijo Raúl mirando alternativamente a sus dos hermanos-. Bien, este me ha dicho que piensa que se pueden hacer muchas cosas, que el asunto acaba de empezar y que merecería la pena llevarlas a cabo.
‘ ¿Sería que el detective quería seguir cobrando?, pensó entonces Leonardo. Estaba claro que así era, pero su hermano iba a explicar algo más:
‘ Se trataría, continuaba Raúl, de centrar el objeto de la nueva investigación sobre el patrimonio de Santos de Vicente, que se convertía en principal sospechoso del asunto. Jaime Nogales, el detective, sugería que si María, la secretaria de Juan Carlos de Vicente, estaba más o menos claro que se había forrado con el puesto que ocupaba, ¿qué no habría hecho la familia de Santos?
- ¿Y qué podía investigar? –preguntó Brassens.
- Bueno. Estos detectives pueden llegar hasta puntos increíbles –explicó equis-. Fundamentalmente, la situación patrimonial de Santos de Vicente y de su familia. Y, de manera concreta, el nivel de incremento de su riqueza en los últimos años, cuando la situación mental de Juan Carlos ya se había deteriorado de forma evidente.
- Ya –aceptó Brassens-. Porque el patrimonio de Santos no era demasiado cuantioso… bueno, hasta ese momento.
- Habría que investigarlo, pero hay que decir que la suya era una familia acomodada de su provincia, pero no contaba con unos recursos formidables –dijo equis-. En cuanto a la de su mujer, eran castellanos, con algunas tierras, pero tampoco como para subirse encima de un carro de oro…
- De modo que,a su llegada a casa, Leonardo puso un mensaje de móvil a su hermana Carmen en que le decía:

“El próximo jueves estaré por ahí. Organiza por favor una reunión entre los hermanos”.

- Bueno. ¡Por fin entramos en el siguiente capítulo! –exclamó Brassens-: un encuentro entre los Jiménez con el objetivo de romper la eventual estrategia de descapitalización de su tío…
- Bueno –matizó equis-. Un nuevo capítulo, sí; pero no ese capítulo –dijo subrayando la palabra “ese”.

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