jueves, 28 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (9)

El Primer Ministro de la RASD está sentado a mi derecha. Entre los dos está Carlos Rey y en la mesa agua y un refresco de limón. El Ministro se expresa de forma lenta, suave y relajadamente.
- Nosotros –dice- hacemos el mismo diagnóstico. Desde la carta que Cristopher Ross -el delegado especial de la ONU- mandó a Marruecos diciendo que no iba a convocar ninguna reunión más entre el Polisario, Marruecos y la misma ONU, porque Marruecos rechazaba cualquier tema de discusión que afectara al futuro del Sahara –en tanto que el Polisario estaba dispuesto a discutirlos todos-, se han puesto nerviosos y han empezado a cometer errores, como los que hemos visto este verano.
Yo le insisto en la importancia que tiene para su lucha el impacto de la imagen a través de los medios de comunicación. Se trata de un asunto recurrente para nosotros desde hace ya bastante tiempo, y en especial desde la huelga de hambre de Aminatou Haidar. Una señora que dice en un aeropuerto español que sólo quiere volver a su casa para estar con sus hijos es una historia humana que suscita la simpatía común y desencadena todas las preguntas. La represión de Marruecos sobre los activistas canarios a finales de agosto ha vuelto a poner el caso del Sahara en las pantallas de televisión. Le planteo esos ejemplos y le sugiero seguir trabajando en el mismo esquema. Añado que no es preciso disparar con armas de fuego para conseguir esos propósitos.
- Estamos de acuerdo –me contesta, en lo que no advierto muy bien si se trata de una respuesta diplomática o si por el contrario parte de una reflexión meditada por parte de las autoridades saharauis. Luego me pregunta por la Proposición no de Ley que defendiera Rosa Díez esa misma semana en la Comisión de Exteriores. Le explico que intentaba derogar la Ley que en los momentos finales del franquismo daba cobertura al vergonzoso troceamiento del Sahara… Entonces me interrumpe:
- ¿Pedía el reconocimiento de la RASD? –pregunta.

lunes, 25 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (8)

Finalmente, Bucharaya nos pide que salgamos del aeropuerto. Todavía en la puerta, a veinte metros de la entrada a la terminal, debemos esperar unos minutos. Pasados estos, el delegado saharaui nos pide que nos acerquemos a un todo-terreno en el que el presunto embajador deposita nuestras maletas.

El resto de la tarde transcurre entre proclamas de apoyo a la causa que se producen en un desorden abiertamente cercano al caos. Hay momentos en los que el público desborda el espacio de entrada al salón, mientras los asistentes al plenario hablan en voz clara y alta a sus vecinos.
En una de las ocasiones en que Carlos Rey y yo salimos a la calle, aprovechamos la oportunidad de intercambiar unas palabras con Carmelo Barrio. De repente, Bucharaya me toca el la espalda para decirme:
- El Primer Ministro quiere veros.
De modo que le seguimos. El delegado saharaui en Madrid nos conduce por la planta baja del hotel, hacia la dereccha, por entre pasillos, hasta llegar a una puerta cerrada que toca. Alguien dentro contesta en hassanía y pasamos.
Había tenido la oportunidad de compartir un café en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con el máximo representante del ejecutivo saharaui, de la mano de nuestra común amiga Ana Camacho. Me sorprendió entonces su preparación y conocimiento de los asuntos diplomáticos, en lo relativo a Naciones Unidas y en cuanto a las relaciones internacionales en general. Ahora me encuentro con la misma persona serena, que escucha y que se diría pretende absorber tus palabras por si alguna de tus apreciaciones pueden serles de utilidad para sus trabajos.
En mis primeras palabras me hago eco del nerviosismo que Rabat está teniendo en los últimos meses y que le está llevando a cometer errores, pese a la complacencia de la diplomacia española. Las manifestaciones marroquíes en la frontera con Melilla, la represión contra los activistas canarios a finales de agosto –cuando se publican estas líneas, la policía marroquí ha asesinado a un joven saharaui de 14 años en un campamento cercano a El Aaiun-… Y le pregunto acerca de su opinión al respecto.

jueves, 21 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (7)

Nuestra llegada al aeropuerto de Argel se parece poco a la que experimentábamos sólo hace ocho meses atrás. Pasamos el control de pasaportes sin problema y ningún policía de aduanas nos hace reserva alguna en relación con nuestras maletas. Claro que no llevamos cámara de vídeo para grabar imágenes del evento. En febrero esa circunstancia nos oligaría a una larga estancia en ese terreno de nadie que media entre el control de pasaportes y la salida del aeoropuerto.
A cambio, caemos en el desbarajuste organizativo que nunca se sabe exactamente a qué causa atribuirlo. Es posible que faltara algún componente de la delegación española, que no hubieran llegado los autobuses para nuestro traslado al hotel, que no estuviera a punto la escolta policial… ¿quién sabe?

Nos habíamos hecho a la idea de que buestra intervención en el plenario era difícil que se produjera. Ese sábado por la tarde la agenda estaría inevitablemente cargada de oradores, dada la extensión de la bienvenida de la mañana y que el domingo estaba prevista la intervención de los activistas saharauis desplazados de forma expresa de los territorios ocupados por Marruecos a Argel para ofrecer cumplido testimonio de los actos de represión que ese Estado ha desatado sobre ellos.
Pero nuestra capacidad de sorpresa carece de límites. Una voz apagada anuncia desde la mesa presidencial –creo, porque apenasresulta audible- que tiene la palabra Carlos Rey.
Mi compañero de partido y responsable del Comité que gestiona los asuntos del Sahara en nuestro grupo de trabajo camina con parsimoia hacia la tribuna. Toma la palabra y con un verbo flamígero que yo desconocía en su persona desbroza el punto de vista de nuestro partido respecto de los problemas que vive el por mucho tiempo territorio español.
Ya está –pienso yo-. No cabe ninguna intervención más de UPyD. Pero, por lo menos, esta ha sido resuelta de modo más que aceptable.
Pero ya digo que en estos pagos uno no debe dejar de sorprenderse. Esa misma voz átona anuncia que Fernando Maura tiene la palabra durante cinco minutos.
Nuestra estrategia de esta misma mañana ha sido hecha añicos, supongo, mientras me dirijo a mi vez a la tribuna. Aunque habrá que aprovechar esta segunda intervención.
Después de la correspondiente serie de agradecimientos digo que tenía previsto intervenir en otro momento, pero que aún así estaba enccantado de hacerlo. Refiero la historia de nuestra relación con el Sahara en la breve trayectoria de nuestro partido y el punto de inflexión que para todos nosotros tuvo nuestra visita de febrero a Tindouf y a los territorios liberados. Y termino diciendo que la declaracióp que salga de la conferencia ese domingo debeería ser utilizada por todos los asistentes, convertidos en agentes activos de la causa saharaui para sumar voluntades a la misma.

lunes, 18 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (6)

A nuestra llegada al aeropuerto, y cuando nos dirigimos hacia el mostrador de facturación, una mano se agita en la distancia: se trata de Bucharaya que nos está saludando. Gran parte de la delegación española ha formalizado su entrada en Argelia con un visado colectivo y el delegado polisario debe encargarse de todo. Sorprende observar las evoluciones de un ex primer ministro de la RASD en aspectos tan técnicos.
- A mí también me habían ofrecido formar parte de un visado colectivo. Pero prefería que fuera individual y controlar yo las cosas en todo momento –me dice Carlos. Y le doy la razón.

Terminada la sesión matinal nos acercamos al comedor. Vemos que Jesús Loza y Carmelo Barrio están allí y les invitamos a que se unan a nosotros. Jesús es el presidente del intergrupo del Sahara en el Parlamento vasco y es militante socialista en Euskadi, persona de particular bonhomñia, está siempre dispuesto a ayudar; Carmelo Barrio fue compañero muchos años en el Partido Popular y en el Parlamento, compartimos muchos momentos tristes a lo largo de esos años ominosos de los primeros 2.000 cuando ETA asesinaba a muchos de los nuestros –que lo eran los de todos los partidos y de todas las condiciones civiles y sociales-, ahora nos une el propósito de construir un futuro mejor para ese territorio abandonado de los hombres, cuando no torturado.
Como es natural la conversación gira en torno del futuro del Sahara. Avezado negociador, Loza cree que puede existir una solución si se acomete una profunda autonomía del antiguo territorio español. Sugiere incluso la posibilidad de un estatus de país libre asociado, de conocidas querencias ibarretxianas.
- No se puede confiar en Marruecos –le venimos a contestar Carlos y yo al unísono.
Carmelo Barrio dice que él estará a lo que diga el Polisario. Y si este un día acepta la autonomía –o cualquiera otra solución- el la aceptará.
Converso durante unos minutos con César Vega, el representante nicaragüense en la Convención. Fue embajador de su país en Argelia y es un tipo simpático. Le interesa nuestro partido y las dificultades que tenemos para avanzar.
- En una organización de voluntarios como es la nuestra –le digo- uno empieza la semana pensando en que va a hacer muchas cosas, pero la acabas haciendo lo que has podido.
- En la nuestra eso no pasa –contesta el sandinista-. Como somos un partido que proviene de la milicia, lo tenemos muy claro: el que se compromete a estar a las 10 de la mañana tiene que estar a esa hora…
No le pregunto por lo que le ocurriría a ese “voluntario” si no aparece a la hora prevista porque me temo lo peor.
Después del consabido té volvemos a la sala de reuniones, donde por fin nuestro amigo Andrade va a sentarse en la mesa oresidencial.
El ruido del ambiente de la sala neutraliza las palabras de los oradores que deben escucharse a través de los aparatos de traducción simultánea, aunque se expresen en tu idioma. Hay un barullo y una confusión que ya debe ser habitual en estos casos. De hecho, Loza y Barrio ya nos decían durante la comida que se trata de un acto muy similar a los demás en que ellos han intervenido.

viernes, 15 de octubre de 2010

A quien pueda interesar

Interrumpo por un solo día mi narración del reciente viaje que un compañero de UPyD y yo mismo realizamos a Argel hace escasas fechas para dar cuenta a los seguidores de este blog lo que sigue.

Hace unos días recibí una llamada del señor Regidor (Don Andoni), a la sazón responsable de seguridad del Partido Popular en el País Vasco, en la que en un tono correcto –podría decir que hasta cordial- me manifestaba su preocupación ante las manifestaciones que el señor Valcárcel (Don Antonio) había publicado en mi blog en una fecha del mes de septiembre de 2008. El señor Regidor me pedía que borrara esa entrada del señor Valcárcel por cuanto la consideraba injuriosa para su persona.

Le manifesté que no entra en mi propósito censurar a nadie y que en mi blog no se admiten entradas anónimas, de modo que si él se creía objeto de injurias podía reclamar en la persona del referido señor Valcárcel cuanto se atuviera a su derecho.

No debió resultarle convincente al señor Regidor mi respuesta, porque escasas fechas después recibía correo electrónico del letrado señor Andrade. Conozco a dicho abogado, que era –cuando yo dejé ese partido- militante del PP y concejal en el Ayuntamiento de Getxo.

Ese correo se producía en los siguientes términos:


________________________________________
De: Eduardo Andrade Aurrecoechea [mailto:eandrade@getxo.net]
Enviado el: miércoles, 06 de octubre de 2010 8:53
Para: f.maura.b@gmail.com
Asunto: RECLAMACION EXTRAJUDICIAL

D. Eduardo Andrade Aurrecoechea
Abogado




D. Fernando Maura



Getxo 01 de Octubre de2010

Estimado Sr Maura:

Le escribo la presente en nombre de D. Andoni Regidor Ugalde que ha contratado lo servicios de este despacho de abogados para la defensa de sus intereses.

El motivo de la presente es comunicarle que hemos podido constatar que en su blog: http://blogdefernandomaura.blogspot.com y en el archivo correspondiente al mes de septiembre de 2008 se realizan manifestaciones que injurian y descalifican a mi representado.

Me veo en la obligación de informarle que la presencia de dichas manifestaciones en su blog están expresamente previstas en el Código penal como Delito de Injurias con publicidad (articulo 208 cp) de la que ud. como propietario del medio en el que se publican es también responsable solidario (articulo 212 del CP)

Por todo ello le ruego que en el plazo de diez días proceda a eliminar de su blog toda referencia a mi representado, en caso contrario me veré en libertad para iniciar los procesos judiciales necesarios en defensa de los intereses de mi representado.


Sin otro particular, recibe un cordial saludo.




D. Eduardo Andrade
Abogado Coleg. 3.559





---------------------------------------------------------------------------------------------------------
c/Telletxe 3,1ºA.-48991 ,. Algorta (Bizkaia) telf 944609512.- fax 944911131
email: eandrade@getxo.net



A este correo respondí yo lo que sigue:


Señor Andrade,

He leído su correo electrónico en el que no se indica el día en que se ha producido el comentario de mi blog que ha suscitado una opinión que su representado considera supuestamente injuriosa. Como quiera que en mi blog hay cinco entradas en el mes de septiembre de ese año 2.008 es por lo que le ruego me especifique con claridad la pretensión del Sr. Regidor al objeto de que por mi parte tome la decisión oportuna.

Por otra parte, debo significarle que a lo que parece su representado no se ha sentido injuriado por ninguno de mis comentarios en el blog, sino por otra persona que tiene nombre y apellidos y contra la cual podría eventualmente el Sr. Regidor utilizar los recursos legales que existen a su alcance.

Atentamente,

Fernando Maura



A lo cual el citado señor Andrade me escribe,


getxo a 13 de Octubre de 2010
Estimado Sr.Maura:
Con relación a su mail de referencia indicarle que los comentarios a lso que hacemos alusión y que publicitan injurias y calumnias hacia mi cliente se encuentran en comentarios del Sr Valcarcel a su post de fecha 26 de Septiembre de 2008 titulado el Lendakari en su laberinto.

En los citados comentarios, ademas de publicitar el nombre y apellidos asi como el cargo de mi representado, lo cual pone en riesgo su integirdad personal, se hacen comentarios sobre la responsabilidad de mi representado en la supresión del servicio de escolta del Sr Valcarcel o el cierre de determinada empresa.

Ud como administrador del citado blog personal, tiene la capacidad de fiscalizar y controlar los comentarios que se realizan en su blog evitando los molestos e injuriosos como el presente, incurriendo en caso contrario, y como a buen seguro conoce, en responsabilidad solidaria de lo manifestado en su blog.

Por todo ello le ruego que a la mayor brevedad proceda a eliminar los ictados ocomentarios dañinos de su blog.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo

Eduado Andrade
Abogado



Esto por lo que se refiere a los antecedentes del hecho reseñado.

En cuanto a mi impresión, además de lo que indicaba en la conversación que mantuve con el señor Regidor y en el correo que dirigí al señor Andrade –a los que ya he hecho referencia- debo manifestar:

1º. Mi extrañeza respecto de la pretensión del señor Regidor en el sentido de que elimine una entrada en mi blog que nada tiene que ver con mi “post” de la fecha, máxime cuando ya han pasado dos años largos desde que ocurrió el hecho.
2º Mi actitud contraria a la censura en cualquiera de sus manifestaciones.
3º La llamada a la responsabilidad y a la corrección de todos quienes amablemente contribuyen con sus opiniones a hacer de mi blog un espacio de encuentro y comentario libre, que yo agradezco. Esa llamada a la responsabilidad se materializa en que en mi blog no se admiten comentarios anónimos –el señor Valcárcel firma por cierto con nombre y apellido y es persona me consta conocida por el señor Regidor.

En consecuencia, he valorado el asunto y constato que el señor Valcárcel ha utilizado el espacio de mi blog para realizar determinadas acusaciones que no me corresponde dilucidar, pero nada tienen que ver con el asunto que yo evocaba en mi post, por lo que en las próximas fechas procederé a borrar dicha entrada.

jueves, 14 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (5)

Carlos Rey aparece en la sede de Cedaceros para escuchar mi explicación –breve -la conversación con el delegado saharaui lo ha sido- respecto de los objetivos que nuestros amigos han previsto para nuestra estancia en Argel. Nuevamente está claro que habrá que ver cómo ruedan las cosas en ese país.
- No sabemos el nombre del hotel –le digo-. Pero al menos me ha dicho que la reunión se hará en el mismo hotel en el que vamos a dormir.
Entonces Carlos me cuenta de una empresa alemana (¿), que convocaba con ocho meses de antelación y que daba, además de un riguroso orden del día, la sala del hotel en el que se iban a celebrar las reuniones.
- Evidentemente no es lo mismo con nuestros amigos –afirmo yo.

De regreso al hotel preparamos las ideas maestras de lo que será nuestra intervención antes de acostarnos.
El cambio horario nos permite dormir sin las premuras de un madrugón. La ducha funciona –después de algún ajuste- y desayunamos.
Nos dan las carpetas que utilizaremos durante las jornadas y en ella advertimos un papel para pedir la palabra. Convenimos en que Carlos pedirá la primera y se referirá a la Proposición no de Ley que Rosa ha defendido el mismo miércoles en la Comisión de Exteriores del Parlamento, y que pide entre otras cosas la derogación de la Ley de 1975 que “legitimaría” los acuerdos de Madrid por los que se procedió al troceamiento del territorio saharaui y el reconocimiento de la República Arabe Saharaui Democrática; mi intervención iría posteriormente, y se centraría en algún aspecto de futuro.
Creemos –así lo habíamos discutido en un círculo del partido- que sería conveniente redactar una resolución que implicara a diversas personas con capacidad de crear opinión en España, pertenecientes a diversos ámbitos de la sociedad civil en pro de la causa saharaui. Y a la altura de nuestra presencia en Argelia pensamos que el mejor documento de trabajo será la misma declaración que se suscriba en el curso de la Convención.
Firmamos nuestros papeles para la intervención y nos introducimos en la sala de reuniones, situada en un edificio contiguo al hotel.
Un desconcierto cierto preside la pre-Convención. Andrade, presidente del Partido Socialista chileno desde hace sólo un mes, y cuya figura recuerda a la de un Lula Da Silva aunque con la piel más clara, se sienta a nuestro lado.
Unas interevcniones de inauguración que navegan entre lo plúmbeo y lo soporífero nos acompañan durante esa mañana, apenas amenizadas por el corte que proporciona la radio argelina que cubre el acto y entrevista a Carlos y la televisión a la que yo mismo hago unas declaraciones. Más tarde me preguntarán en otra cadena de radio por mi impresión respecto de la huelga general. “Eso de estar en internacional te exige estar en todas partes”, pienso, antes de decir algunas palabras sobre el particular.
Andrade está un poco sorprendido. En el panel de nombres que presidían la primera sesión figura él, pero el caso es que sigue a nuestro lado sin que nadie le pida que suba al estrado. De modo que Carlos se lo explica a Bucharaya. Cuando vuelve a comentarme el resultado de su gestión me dice:
- En realidad creo que se han despistado.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (4)

Esa mañana, en la sede de Cedaceros, un Bucharaya cargado de antiestamínicos y de clamoxyles me cuenta que ha llegado de Arabia saudita, donde el termómetro había alcanzado los 45 grados. Pasado por Argel, donde hace sólo un poco más de calor que en Madrid, su organismo ha debido aclimatarse a una reducción de algo más de 20 grados de temperatura, y lo ha acusado.
Bucharaya quería contarme lo que se esperaba de nosotros en esa reunión. El objetivo de la Convención era preparar la Asamblea General de Naciones Unidas con una resolución que contuviera los tres elementos o paneles que ofrecía la reunión de Argel: el ejercicio del Derecho de Autodeterminación, la ampliación del mandato de la Minurso a las violaciones de los derechos humanos que invariablemente realiza Marruecos sobre los saharuis y la explotación de los recursos naturales saharauis en beneficio de estos.
- Los recursos de un territorio no autónomo sólo los puede explotar la potencia colonizadora y en beneficio de la población colonizada –me explica el delegado saharaui-. Marruecos no es titular de esa facultad ni la explota en beneficio de nuestro pueblo.
Y Bucharaya me explica que podremos pedir la palabra cuando queramos, en el panel que sea y para tratar de una u otra cuestión. Sugiere que nuestra intervención tenga un contenido general. Y yo tomo buena nota.

La noche se cierne sobre nosotros a una hora más que temprana. Mientras nos tomamos un té sugiero a Carlos que nos demos una vuelta por el centro de la ciudad. Le veo remiso a ese plan, pero por fin acepta. Oswaldo Andrade está en “hall”, su aspecto es ya más descansado. Carlos le ofrece que nos acompañe en la excursión nocturna, pero las prioridades del chileno son otras: ahora sólo quiere cenar.
Otra cosa es localizar un taxi que nos deje allí. Los empleados de la recepción no acaban de marcar el teléfono correspondiente, de modo que debemos insistir. “Un cuarto de hora”, nos aseguran. Y al cabo de un rato uno de los recepcionistas nos anuncia de la llegada del conductor.
Se abre entonces una negociación con el taxista. “El centro de la ciudad está vacío”, asegura este. Todo está cerrado, no hay nadie. Es mejor que vayamos a la zona del puerto si queremos beber alcohol, añade. Y a uno le queda la impresión de lo que piensan los argelinos -¿los árabes?- de los occidentales, unos sujetos que sólo viven pensando en lo que podrán trasegar por la noche.
Después de convenir precio de la ida y de la vuelta –a donde vamos es imposible encontrar taxis, nos asegura- nos ponemos en marcha. El tráfico de esa tarde-noche argelina es escaso, pero el recorrido es largo. El punto de llegada es un pequeño puerto donde los niños jegan al fútbol acompañados de sus padres y los jóvenes charlan acodados al malecón. Un aparcamiento divide esa parte de la zona donde hay ubicados una serie de bares –a lo que difícilmente se les podría adjudicar el apelativo de chiringuitos- que están cerrando. No hay opción más que proseguir nuestro paseo, en tanto que nuestra conversación anuda unas y otras historias.
Son las 10 y media cuando recuperamos el taxi para regresar al hotel. Sospechosamente el camino de vuelta es la mitad de largo que el de ida, por lo menos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (3)

Hay siempre un elemento de sorpresa en estos viajes. Los visados, en esta ocasión. Se encargarían a la organización local de Polisario desde principios de septiembre. Y apenas si estaban preparados un par de días antes… contando con que nuestra siempre eficaz Inés Rodríguez pasaba a recogerlos en la sede de nuestro partido amigo.
Hay veces en la que uno puede llegar a maravillarse de que las cosas salgan bien y que eso ocurra con gente en apariencia tan desorganizada. Pero es verdad: todo siempre acaba bien. Y, a cambio de los desvelos que producen, está siempre su sonrisa amable; y está ta,bién el recuerdo de que fueron los gobernantes españoles de esos últimos años de la ignominiosa dictadura quienes les pusieron en la precaria situación en la que viven ahora. Alguno podrá argüir –no sin razón- que eso ocurría en la época de Franco. Pero no es menos cierto que la mayor parte de esos 35 años ha transcurrido en plena democracia. En resumen: todos somos responsables dela situación del pueblo saharaui, lo queramos o no.

La habitación es confortable. Dos camas y un cuarto de baño interior. Una nevera –sin contenido- , televisión –que ni siquiera conectaremos-, una especie de sofá, mesita y escritorio. Todo un lujo.
Decidimos las camas donde dormiremos las dos noches y deshacemos nuestro corto equipaje. Luego salimos a dar una vuelta.
El Boulevard des Martyrs es una calle apenas transitada, situada por encima de la autopista. Sus empinadas calles parecen muertas ese viernes de septiembre.
Tenemos hambre. Pensábamos que la primera comida de nuestra estancia argelina se produciría a nuestra llegada, pero habrá que esperar hasta las siete y media, hora argelina –una hora antes que en España.
Alguien nos asegura que existe un super en la misma calle de bajada, pero que mejor que eso es que hay una pastelería en la siguiente calle.
Salimos al exterior. Es una vía en la que la acera es sólo una palabra que se cumple en escasas ocasiones a lo largo de su recorrido. A nuestra derecha está la tienda de comestibles –sería muy generoso adjudicarle el apelativo de supermercado-, pero preferimos no entrar por el momento. La dulce perspectiva de la pastelería nos seduce bastante más.
Ascendemos por lo tanto por la calle paralela. Un cartel a nuestra izquierda anuncia una rara palabra para esta ciudad: “Viennoiserie”. Entramos. Bajo una limpia protección de vidrio transparente los colores relucientes del azúcar y del chocolate nos recuerdan de nuevo que hace ya varias horas que no hemos probado alimento. Carlos compra un pastel y yo un croissant, que desenvolvemos de sus bolsitas apenas llegamos a la puerta de la tienda y nos los comemos en un par de bocados.
Luego visitamos la tienda de comestibles, un estrecho pasillo, repleto de productos envasados. Compramos agua y volvemos al hotel.
Muy pronto se abre el comedor. Se trataba de compartir una cena “para que os conozcáis” –según el delegado del Polisario en España, Bucharaya. Pero habría que decir más bien que ya nos conocíamos: Carlos y yo cenamos en una mesa para dos.
Devoramos el cordero que nos sirven, precedido de una sopa local y acompañado de agua y Coca-Cola. Para postre un poco de fruta.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (2)

Una sirena suena persistente por delante del vehículo que nos precede. Se trata de un motorista de la policía argelina que nos franquea el paso. A nuestra izquierda se suceden los controles de la gendarmería del país. ¿Serán tres? ¿cuatro? El atasco es imponente, en todo caso.
- En la vida me ha pasado esto –me comenta Carlos Rey entre divertido y asombrado.
Y la pequeña caravana llega finalmente al hotel. Un establecimiento perteneciente a la supuesta cadena hotelera “Dar Dief”. Subimos nuestros equipajes por los escalones que nos separan del “hall”. Muy pronto, una verdadera manifestación de unas setenta personas sacude la perezosa calma del establecimiento. Los empleados, nerviosos, se mueven de manera vertiginosa pero sin resolver nada, al menos aparentemente.
Como haciéndonos el favor que se les presta a los “VIP’s” nos sitúan en el espacio situado detrás y a la izquierda del mostrador de recepción. Es un bar, donde podemos tomar un té o una Coca-Cola. Frente a nosotros se sienta un abatido Oswaldo Andrade, del que luego sabremos que es presidente del Partido Socialista de Chile desde hace sólo un mes. En otra mesa está el representante del gobierno nicaragüense, que tiene pinta de aguantar más dificultades que el todo-terreno que nos ha transportado hasta el hotel contra todo pronóstico.
Una boda argelina pasa con su comitiva y su griterío habitual por detrás de nosotros. No falta nada esa tarde de viernes, salvo quizás nuestro alojamiento definitivo.
Andrade, por el contrario, tiene el aspecto agotado. Es un hombre robusto que viste traje “beige” y cuya chaqueta ocupa ya el asiento contiguo al suyo. Nos cuenta que ha sufrido el “jet lag” y qe en cuanto pueda echará una cabezada. Fue Ministro de Trabajo de la presidenta Michèle Bachelet, en la época en que Caldera lo era de Zapatero, a quien conoció.
El partido al que representa –según Andrade- siempreha tenido una buena relación con Argelia, de cuyo presidente Bouteflika fuera amigo Salvador Allende.
Nos pregunta, casi sin interés, por lo que hacemos ahí. Y le contestamos. Nuestra presencia se debe fundamentalmente a nuestra excelente relación con el Frente Polisario y la República Saharaui desde nuestro nacimiento como partido.
Carlos Rey dedica un tiempo a exponer las razones de esta política que Unión, Progreso y Democracia está realizando respecto del territorio que fuera un día parte de España, pero yo advierto de la expresión apenas vital de nuestro interlocutor que no se entera de nada. De pronto, Andrade se levanta y acude al mostrador del hotel, que ya ha alojado a la mayoría de la delegación española. Le cuesta unos minutos –de señas, el chileno sólo habla español- conseguir su habitación.
Solos ya en el salón-bar, olvidados de nuestros anfitriones, nos movilizamos por nuestra parte. Finalmente nos dan un lugar. Piso segundo, habitación 422. Compartida. Carlos y yo bromeamos: más cohabitación se producía en los cobertizos de los campamentos o en las salas-dormitorio de los territorios liberados de Tifariti o de Bir-Lelouh.

lunes, 4 de octubre de 2010

Reunidos en Argel (1)

- Gracias, Embajador –dije a ese hombre de tez morena, buena altura y traje de chaqueta gris sin corbata..
- ¿Cómo ha dicvho usted? –me contesta al cabo de un rato.
- Que muchas gracias, Embajador.
El aludido sonríe y dice a continuación:
- Yo soy un simple funcionario de la embajada de la República Árabe Saharaui Democrática en Argelia, pero estoy encantado de atenderles.
Observo de reojo a Carlos Rey que camina a poca distancia de mí. “Este es el Embajador”, me había comunicado con seguridad inexorable.
- Entramos en un 4x4 en el que ya están instaladas tres personas. Yo me siento en la parte trasera del vehículo, donde se encuentra una persona de color. Le pregunto que de dónde es y me contesta que de Nigeria, para a continuación narrarnos las dificultades de su travesía desde Lagos –pronuncia “Legos”- Estambul y Argel. Las carreteras del aire te hacen recorrer a veces trayectos insospechados hasta que te dejan en tu destino.
A la izquierda de Carlos, dos hombres departen animadamente. Uno de ellos es chileno, el otro nicaragüense. Tendremos oportunidad de conocernos más tarde.

¿Qué hacemos en el ese sólido coche, lanzados por entre el tráfico imposible de la ciudad de Argel –a pesar de que es viernes, día de fiesta en los países árabes? La respuesta se encuentra en este mes de agosto, Carlos Rey, llegado de sus vacaciones y quizás relajado a causa del escaso trabajo que conlleva el estío madrileño, me llamaba para advertirme de que me haría llegar un correo.
- Nos invitan a participar en una conferencia que el Polisario va a organizar en Argel el próximo mes de septiembre –me dijo-. Vamos… que se la pagarán los argelinos, porque ya se sabe que lo suyo no es manejar demasiados recursos –añadía.
Habíamos visitado el territorio del Sahara en el mes de febrero pasado. De allí volvíamos con un doble regusto: por una parte dulce, el de haber integrado en nuestros rendidos organismos todas las sensaciones vividas en compañía de un pueblo encantador, sencillo, que vive apenas con lo justo y que ofrece la sonrisa de su felicidad frente a todas las contrariedades; por la otra el amargo, nos preguntábamos qué más se podía hacer -qué más podíamos nosotros hacer- para resolver, sin sustituir a nuestros hermanos saharauis, sus problemas.
El Polisario se encuentra sometido también a un difícil debate. Treinta y cinco años después de producidos los vergonzantes “Acuerdos de Madrid”, en que la decrépita dictadura del general Franco entregaba a Marruecos y Mauritania un territorio que nuestro país debía haber sometido a un referendum de autodeterminación, hay ya una generación larga que ha nacido y crecido en los campamentos de Tinduf, en el territorio cedido por Argelia a los saharauis. Miles de personas que se preguntan aún por su futuro y que cuestionan a sus dirigentes por la política diplomática que están desarrollando. Es un debate que no se ha resuelto aún. Su Congreso, previsto para este mismo año, se ha retrasado hasta el próximo. Las cosas no están para acuerdos, por lo visto, y la brecha se ahonda por momentos en el heterogéneo movimiento para la liberación de ese vasto territorio.

viernes, 1 de octubre de 2010

Intercambio de solsticios (95)

Jorge Brassens ordenó los papeles que le había entregado su amigo y se los devolvió. “Il Tempietto” era ya el escenario de un devenir icesante de camareros recogiendo los últimos platos, limpiando las mesas y preparándolas para la cena. Y de sus miradas que rogaban el pago de la cuenta y la salida del establecimiento de aquellos recalcitrantes clientes.
- Es interesante –declaró Brassens-. Pero parece que la chica estaba dispuesta a contar más cosas…
El señor equis dio otra bocanada a su segundo cigarro puro de la tarde antes de contestar:
- Sí. En realidad ya lo dice en la cinta. Ella quería hablar de otros asuntos. A mí lo que en realidad me interesaba era que me contara su relación con el mundo de la brujería, sus espíritus… pero a estos por lo visto no les gustaba demasiado que ella se explayara al respecto…
- ¿Me quieres decir que no intestaste que continuara Adelfa con su narración?
- - No hubo caso –repuso el señor equis-. Después de un tiempo dejamos de vernos –contestó el señor equis vagamente.
- - ¿Y se acabó con ella? –preguntó Brassens.
- No del todo…
Brassens sonrió ampliamente.
- Intuyo que estás equivocado… -dijo el señor equis.
- ¡Pero si no he dicho nada!
- Tu gesto te delata. En realidad me llamó ella. Quería verme. Estaba en una peluquería de mala muerte, cerca de la Plaza de España, en esas callejuelas que hay a la derecha según se va desde Alcalá…
Brassens no conocía esos lugares.
- Fui a verla. Estaba con otra negra. Bastante fea de cara, pero que tenía un cuerpo escultural. Una clienntela de tres al cuarto, a tono con el local.
- - ¿Y qué te dijo? –preguntó Brassens.
- La chica era lo que era, y yo lo que soy. Ya comprendes. Quería viajar a Gabón para comprar ahí cosas para su peluquería. Y que yo financiara su viaje… y las compras.
- ¿Puedo saber lo que hiciste?
- Desde luego. No le prometí nada. Y al cabo de unos días me ofrecieron unas condiciones diferentes en mi línea de móvil y las acepté. Por supuesto cambié de número.