miércoles, 22 de febrero de 2012

Intercambio de solsticios (326)

- Espero que esta situación no dure mucho, la verdad –dijo Vic, moviendo la cabeza en señal de negación.
- ¿A qué te refieres? –preguntó Anabel Rojo, después de propinar un buen sorbo a su bebida-. ¿Tienes algún dato?
- No sé muy bien. Pero Jorge dice ahora que nos encontramos en un punto de no retorno…
- ¿Un punto de no retorno?
- Sí. Esta noche se está librando la madre de todas las batallas, según él. Ganarán unos u otros. Pero el que gane se lo llevará todo...
- - ¿Quiénes están en guerra?
- Los que lo han estado siempre, Anabel: los que están con el orden y la libertad y los delincuentes que pretenden la dictadura y permiten el desorden para hacernos creer que ellos son la solución –resumió Vic Suarez.
- En realidad eso ha pasado siempre.
- Empiezo a pensar que sí. Desde que el mundo es mundo…
- ¿Y por qué precisamente esta noche?
- Lo ves aquí –dijo Vic, señalando con el mentón de su cara hacia el organismo yacente de su marido-. Esta mañana nos despedimos los dos: él se iba a la sede el Consejo local de Chamartín. Estaba bien, es cierto que ayer nos dieron un pequeño disgusto, pero salimos de la encerrona…
- ¿Qué os paso?
- Volvíamos de Guadarrama y nos salieron al paso unos tíos para robarnos o lo que fuera… pero yo apreté el acelerador y me zafé de ellos.
- Ahora es todo como en las películas –opinó Anabel.
- Sí. Te sigo contando. El caso es que esta mañana hubo un enfrentamiento en la Junta de Chamartín. Se dieron una buena tunda; pero Jorge, que es un señor, puso la cara en medio de la trifulca…
- Y se la partieron.
- Que es lo que toca. El caso es que pudo salir del edificio, pero allí poco menos que le dieron un golpe de estado a Martos.
- Nunca me ha gustado ese tío –opinó Anabel-. Siempre me ha parecido un pusilánime…
- Sí –asintió Vic en tono reflexivo-. De hecho, Jorge y Jacobo hacía tiempo que habían dejado de ser amigos… pero les volvió a unir la puñetera política.
- Ya. La política para los que viven de ella. Yo siempre he estado a otras cosas…
- Por cierto, y ya que hablas de otras cosas… ¿qué tal está Santi?
- Hace mucho que no nos vemos. Ahora estoy muy sola –dijo con expresión amarga Anabel-. Pero, termina con tu historia, que me interesa mucho.
- El caso es que me fui a Chamberí, a ver a Cristino Romerales que es amigo de Jorge.
- ¡Qué valiente!
El soniquete del “walkie” de Vic interrumpió su narración.

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