Pudo ser una noche funesta,
            Como cumpliendo con un rito
            -Artificialmente,
            Sin poner en eso
            Ninguna pasión,
            Ajeno además al cariño
            -Que ponemos en esas ocasiones-
            Coloqué mi mano sobre la tuya
            Mientras que dirigía
            Mi corta mirada
            Hacia la pista de baile
            Y tú  no moviste                    
            Siquiera un músculo.
            Entonces retiré mi mano
            Y te hablé de política
            -De una cosa cualquiera,
            Por lo tanto.
            ¿Cuánto tiempo pasó
            Hasta que, de repente,
            Te llamaba todas las noches
            Y te mandaba mensajes por la mañana?
            ¿Dos años
            Que transcurrían
            A la distancia
            De dos amigos
            Que pueden ver pasar
            Más de 400 horas
            Sin llamarse,
            Y apenas se recuerdan?          
            Pero aún no tenía tu permiso
            Para esta serenata
            De llamadas
            Y mensajes
            Y te lo pedí.
            Estábamos
                        Sentados en tu coche
                                   Junto a la casa de mi hermano.
            Te alegraste de la pregunta
                        Y me ofreciste tu consentimiento.
            Entonces yo te apreté
                        La mano
                                   Con la alegría
                                               Del que no se siente
                                                           Rechazado,
                                                                       Quizás.
            Cerraste levemente tus dedos,
                        Y en la oscuridad de la noche
                                   Tal vez
                                               Me ofrecieras
                                                           La más cariñosa
                                                                       De tus sonrisas.
            Bilbao, febrero de 2.008
viernes, 25 de abril de 2008
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3 comentarios:
Estimado Fernando:
Bonitos sentimiento que emanan de tu corazón. No se si torrencialmente o con sirimiri, de cualquier forma sé que encontrarás una mano que aferre la tuya con sentimientos unísonos. Te sientes libre, una libertad donde los fantasmas del pasado reclaman a tu subconsciente memoria y reparación, abrumando tu conciencia ¿Será más fuerte tu libertad que los recuerdos que te atenazan?
El amor, sentimiento del alma, donde los corazones para que sus latidos no sean arrítmicos es necesario las cuerdas sonoras y armoniosas, acompasados de otro corazón, que libere tu lastre residual y recurrente de un pasado tormentoso. El arcoíris anuncia el fin de las lluvias, el arcoíris está siempre en la distancia, y tus miras el mundo de cerca.
Yo soñaba que mis manos me las mordía un perro furioso, fueron tiempos difíciles, ahora puedo ver y contemplar los colores del arcoíris. El color del cristal con el que proyecto mi mirada, ahora observo más matices que los que la naturaleza le ha otorgado. También he abrazado al roble, he inevitablemente he pisado las margaritas de las celayas, las he deshojado en consulta de amores, y descubrí, que siempre hay un amor incluso para la mano cercenadora que cortó la flor.
Deseo que encuentres el tic-tac amoroso de tu corazón.
@antonio valcárcel. Gracias por tu cariñoso comentario.
Siempre que vengo a tu blog lo hago buscando tus textos más literarios que nunca, nunca me decepcionan y en este caso, por añadidura, lo remata antonio valcárcel y... me quedo maravillada
Un abrazo
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