¿Se acuerdan ustedes de aquella frase que los antiguos opositores de la dictadura franquista pronunciaban en los primeros tiempos de la democracia? Decían eso de “contra Franco se vivía mejor”. Se trata de una de esas paradojas que de modo incesante nos depara la realidad, siempre compleja y dotada de cortates aristas. Y es que las tonalidades no existen en las dictaduras: todo es blanco o es negro, estamos en contra o a favor, nos alineamos con los demócratas o lo hacemos con los dictadores; en ese mundo de los totalitarismos no caben las posiciones ambiguas.
Cosa diferete es la democracia. La pluralidad de ideas se concreta en la mayoría de las ocasiones en una multiuplicidad de intereses, coincidentes o contradictorios. Todo es simplemente lógico y hasta positivo: la expresión de la diferencia consiste precisamente en esa multiplicidad de posibilidades. Lo que no resulta admisible es el juego espurio de esos intereses.
Cuando los presos de conciencia cubanos llegaban a España lo hacían importando de su país esa imagen en negro de la dictadura que geográficamente abandonaban, pensando que sería blanca la democracia donde iba a transcurrir el tiempo de su estancia entre nosotros.
Quizás por eso, el pasado viernes 23 de julio, cuando una representación de UPyD visitaba a los exiliados cubanos en su albergue de Vallecas, observaron que junto a los compañeros liberados por el régimen castrista había una representación del Partido Popular, encabezada oficialmete por el diputado nacional de esa organización, Teófilo de Luis, y nutrida de alguna otra persona más que afin al principal partido de la oposición –en cuanto a número de efectivos, se entiende.
Los cubanos expresaron a nuestros militantes su voluntad de que se organizara un viaje a las instituciones europeas conjuntamente entre nuestro partido y el PP. A decir de los representantes de Unión, Progreso y Democracia, Teófilo de Luis afirmaría en esa ocasión que ya había hablado con Jaime Mayor y Antonio López Istúriz –diputados del PP en el Parlamento Europeo- y que estaban conformes con la idea.
Ua idea que –“copyright” reclamado ahora- habái surgido de la reunión que el martes inmediatamente aterior -20 de julio- habíamos propuesto a Normando y Julio César –ambos presos cubanos- en la reunión que con Rosa Díez mantuvimos en la sede de Cedaceros.
No dejaba de constituir una propuesta ingenua. Ingenua, aunque comprensible. Los cubanos pensaban que todo el mundo juega limpio y al exclusivo servicio de sus intereses. Por nuestra parte se aceptaba el planteamiento y se daba vía libre a una acción coordinada entre los dos partidos.
Confieso que la idea no me agradó demasiado en un principio. Conociendo el “percal” de mis antiguos compañeros de partido, tenía la sensación de encontrarme ante una especie de “abrazo del oso”. Ya se sabe, esos que te quieren muchísimo, pero que te cortan la respiración.
De modo que me correspondía a mí jugar la siguiente carta: hablar con Teófilo de Luis con el objeto de continuar con la organización del viaje. Así lo hice, y el lunes 26 marqué el número de su teléfono móvil.
Debo decir que la conversación resultó un tanto sorprendente. En contra de lo afirmado el viernes anterior, De Luis me manifestaba que “todavía tenía que hablar con Jaime Mayor y Antonio López Istúriz”. Y cuando le dije que nos deberíamos ver en el curso de la semana, el diputado popular declaraba:
- En realidad, no creo que tengamos mucho que hablar.
-
Resultaba un tanto extraordinaria esa posición. Si se trataba de coordinar un viaje, deberíamos ponernos de acuerdo en lo relativo a unos cuantos aspectos operativos: número de presos, familiares y disidentes que tendría cada una de las delegaciones; gestiones a realizar en las instituciones europeas y los encargados de formalizarlas o la gestión de billetes y hoteles. Parecía inevitable ese encuentro, pero Teófilo de Luis por lo visto no era de esa opinión.
Empezaba a pensar que la cosa se estaba torciendo –o mejor dicho, que la estaban torciendo desde el PP-. Mi llamada del martes siguiente -27- al mismo Teófilo de Luis confirmaba mis impresiones.
El diputado popular me comunicaba que había hablado ya con Ignacio Salafranca –otro miembro del PP en el Parlamento Europeo- y que este le había dicho que el viaje estaba ya totalmente organizado por ellos y que no tenía ya cabida nuestra organización. En resumen –y por supuesto en palabras mías-, que nos robaban la idea y nos echaban de su ejecución, todo en 72 horas laborables. ¡Vale para el libro Guinnes de los récords del espureismo político!
- Tomo nota –le dije secamete a Teófilo de Luis en aquella segunda y no menos sorprendente que la primera comunicación.
De Luis se justificaría: dijo no tener responsabilidad personal alguna en la cuestión y echaría balones fuera endosándoselos a los eurodiputados.
El miércoles 28 me puse en contacto con Normando para decirle que, a pesar de la mala jugada de los populares, UPyD congtinuaba con la idea de habilitar un viaje al Parlamento Europeo con los presos cubanos. El exiliado estaba más que confundido:
- Creía que estábais coordinados el PP y vosotros… -me confesaría.
¡Habia pasado –me consta- prácticamente todo ese día con Teófilo de Luis y este no le había dicho nada!
Esta es la historia. Pongan ustedes los calificativos que consideren oportunos.
Para terminar sólo quiero decir dos cosas que en realidad constituyen las dos caras de una misma moneda: la primera, que la buena voluntad se salda en ocasiones con su secuestro y la segunda, que la causa de las libertades cubanas pertenece a todos los demócratas, a los demócratas cubanos, en primer lugar, y al resto de los demócratas –españoles incluidos- después: UPyD no es desde luego el único, pero tampoco son únicos otros.
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1 comentario:
Hay una cantidad enorme de cuestiones que han sido planteadas en primer lugar por UPyD y luego copiadas por PP,Psoe incluso por IU. Parece como si los principales partidos se dedicaran a ocupar sillón y copiar ideas porque son incapaces de ver las cosas.
La cuestión planteada en éste escrito pertenece a la falta de decencia y educación.
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