Llego. Avisa, avisa un día antes, a mi madre para que me viniera a esperar, ya que yo no hablaba bien el español en la época. Llegó la nota (?) y yo no encontré a mi madre, pues le dijo a mi padre. Era su oportunidad de hacerme daño. Hacía mucho tiempo que no me veía. Mi madre viene a esperarme. Vamos a casa. Me dice ella que tiene que ir al bosque (?) a buscar comida, y que luego (…) Voy a dormir un poquito, porque estaba muy cansada. Duermo, y cuando desperté eran las cinco, por ahí. Me cogí y me fui al río (?) Dejé mi ropa, mis cosas que había traído ahí. Y digo: “Mientras me duche (?) en el río, estaré esperando a mi madre, cuando (…) iremos juntos. Ya que mis hermanos se fueron de paseo. O sea, no había nadie en casa. Solamente, cuando yo salí de casa había dejado que mi hermana, había una hermana mía, la tercera, que estaba enferma y estaba en una curandería, y vino a coger, yo qué sé, comida o algo, y se fue también (…) Esa hermana mía me advirtió que la casa estaba muy mal, que yo estaba muy mal, que ella simplemente le dijo a mi padre que yo iba a volver y que se iba a casar, y mi padre se enfadó.
A partir de ahí empecé a estar muy mal. Y yo me fui en el río (…) esperando a mi madre, y cuando vino mi madre, vinimos las dos, y yo le contaba todo lo que me había pasado en clase, las apariciones de los espíritus en casa, el temblor que hubo en un momento en casa, que había veces que dormíamos nosotros y que había una tercera persona que hablaba y nos comía la comida y que mi cuñado estaba de alguna forma harto, pero no podía decir nada, claro, porque yo era una niña y la culpa no era mía. Porque, de una forma u otra, los espíritus habían hecho de ella, de mí, una auténtica otra cosa.
Empezaron a ver esas cosas en casa. Peines, sin que lo quisiéramos. Había un peine en el salón. Olor a perfume por toda la casa. Y eso le motivó a mi cuñado el decirle a mi hermana: “Si el problema es que esta niña tiene que ir a Guinea a curarse, pues tiene que ir. Porque no podemos vivir así. No hay quien duerma, vamos”.
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1 comentario:
Espíritus malignos ¿donde habitais?, porque trato de encontraros y no os veo, ahora ya no os busco porque me han dicho que no existis y yo lo creo, sin embargo a veces por las noches oigo ruidos y veo sombras y ya no sé que pensar ¿acaso os imagino? o más bien apareceis cuando algo anda mal. Por favor si pensais quedaros con nosotros por lo menos manteneos ocultos y no hagais ruido, asi podremos seguir dormidos.
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