(6) La tarde es calurosa y nuestra visita a la sede central del Frente Polisario constituye la actividad más importante de la jornada para este partido.
Cuando llegamos nos dice Rosa:
- Ya podéis estar atentos. Esto viene a ser como la Moncloa para ellos.
Y “la Moncloa saharaui” es el único local que visitamos en todos estos días que dispone de aire acondicionado, lo que nuestros cansados y acalorados organismos agradecen como un respiro.
Allí nos recibe el Secretario de Organización del partido. Rosa y él intercambian unas palabras –y el correspondiente té- antes de pasar a la mesa donde suscriben el “convenio” –según la expresión de nuestros amigos- o el comunicado conjunto –según la nuestra.
En ese momento Rosa hace un planteamiento formal de largo alcance: “En el caso de que los votos de UPyD –promete- sean necesarios para la formación de gobierno, nosotros exigiremos que se modifique la política española respecto del Sahara”.
En el pasillo exterior a la amplia sala que nos ha albergado se produce una rápida e improvisada rueda de prensa, en la que Rosa se refiere también a la necesidad de resistencia de los saharauis como requisito necesario para que obtengan su victoria.
Luego vienen los regalos. Una tetera para
Rosa, así como un objeto artístico y un chal saharaui. A los chicos nos ofrecen una pulsera con nuestros nombres grabados con la simbología del Polisario en ellas y unos “darrá” que nos ponemos con la ayuda de nuestros amigos “Has nacido para ponerte esto”, le digo a Carlos que luce un imponente aspecto, tanto que aguanta vestido con él hasta casi llegada la noche.
Finalmente visitamos las oficinas de las mujeres saharauis y nos presentan a sus componentes. Nos reunimos a la manera habitual mientras nos ofrecen un té y le invitan a Rosa a que pronuncie su conferencia. Y lo hace con la soltura característica en ella y sin que haya preparado nada previamente.
Nos presenta a los componentes de la delegación de UPyD y se refiere a mi pasado en el PP como comparación al suyo en el PSOE y el de la gran mayoría de nuestros afiliados que no lo hon estado en ninguna organización política. Después, su discurso es encendidamente feminista, como seguramente corresponde. Pide que las mujeres de la organización saharaui sean “rebeldes” y una sonrisa de satisfacción se dibuja en el simpático rostro de Fathma. Pero hay una frase de Rosa que no deja muy contentos a los varones presentes: “A los hombres les gusta más estar que hacer”. Es verdad que lo dice poniéndolo en relación con las dificultades que tienen que superar las mujeres en la vida pública, pero lo cierto es que la expresión genera un cierto debate a la salida del acto. En todo caso, el objetivo se ha conseguido y las mujeres están encantadas con su discurso.
Hay una breve visita al museo que se encuentra en esa willaya mientras que los componentes de la delegación que partirá esa noche compran algún recuerdo. Aquí –a diferencia de otros países árabes- el regateo no existe.
Nos dirigimos a la sede del Parlamento saharaui donde nos espera su presidente.
En ese mi particular reconocimiento higiénico que realizo respecto de los aseos saharauis, descubro que el lavabo de la presidencia parlamentaria consta de retrete “a la occidental”, un lujo, si bien carece de cisterna y en su lugar hay una toma de ducha-teléfono que hace sus veces. En el lavabo no hay jabón ni toalla: los kleenex son instrumentos multiusos en este país donde escasea el agua.
Mahmoud Alí Beiba –el presidente del Parlamento- viste a la occidental, traje oscuro, sin corbata. Lo conocí con ocasión de la manifestación que tuvo lugar este pasado otoño en Madrid y que recuerda los ominosos pactos de Madrid que se acordaran en 1.975. es posiblemente el hombre de aspecto más occidental de los dignatarios saharauis que hemos conocido y conoceremos a lo largo de nuestra estancia. Distendido y directo, habla sin reservas. Una de sus primeras afirmaciones coincide con otras que hemos escuchado en estas horas:
- Vosotros sois nuestro partido. No tenemos otra cosa.
La luz del edificio se apaga y se vuelve a encender un par de ocasiones, hasta que se corta definitivamente. A pesar de la oscuridad puedo advertir una sensación de absoluta normalidad en el ambiente, debe ser algo habitual, pienso.
No vamos a poder cenar ahí, de modo que armados con unas linternas nos llegamos a los coches para emprender nuevo camino, esta vez hasta la sede de la presidencia saharaui –su titular, el Presidente Abdelaciz, se encuentra en visita oficial al Uruguay.
Pasamos al comedor. El cambio de escenario y la informalidad del responsable parlamentario hace que el ambiente sea distendido. Me siento junto al Ministro Babáh que ha escuchado con atención las palabras de Rosa en la “conferencia” a las mujeres saharauis sobre mi anterior militancia en el PP.
- ¿Le conoces a Carmelo Barrio? –me pregunta.
Y su recuerdo emerge en mi memoria en esa noche saharaui que empieza a refrescar una jornada calurosa para nuestros fríos organismos madrileños. Carmelo Barrio, ese hombre afable que comprometía su futuro político en la estela de las personas que representaban en su organización la memoria de las víctimas. Hoy apartado de la primera línea política porque ya son otros los protagonistas, burócratas de la política y artistas en la medición de los tiempos. A esa vieja guardia, que se encuentra en las filas que ocupan los gregarios, les han sustituido con su visión de los hechos a corto plazo y el omnipresente discurso de los votos junto con el olvido de las ideas.
- Carmelo es mi amigo –me dice Babá-. Tengo su teléfono y le veo. Pero ya ha perdido mucha influencia –cuenta después de realizar un leve rictus de amargura.
La conversación de la cena la capitalizan Fathma y Rosa y se refiere a la charla de la segunda. “Es una buena parlamentaria”, asegura Alí Beiba de su compatriota. A la vez que calla cuando Rosa insiste en la necesidad de la rebeldía de la mujer saharaui.
Hablamos de la situación del parlamento saharaui. “Somos el poder y la oposición”, dice su presidente y alguien afirma que en el Polisario caben todas las tendencias. “Hay hasta trotsquistas”, dice alguien; y en mi memoria evoco la imagen de la Organización de Estudiantes de Deusto, en las postrimerías de la dictadura franquista, cuando las LCs y las LCRs se reclamaban la “izquierda” del sistema, la gente del PC era la “derecha” y los maoístas el “centro”.
Después del cus-cus y la tortilla española hay espacio para un largo té que nos sirven en la sala de recepciones de la presidencia. Alí Beiba se muestra buen conocedor de la realidad política española y Babá va entrando en la conversación después de su primer gesto concentrado -¿somnoliento?- Rosa les desmenuza los hechos más allá de las informaciones publicadas que tantas veces distorsionan la realidad.
Aún la noche será larga para los tres miembros de la delegación que abandonan tierras disfrutadas por el Polisario en su exilio de 34 años. Su avión despegará sobre las 3 de la madrugada –siempre es una hora estimada la de los vuelos de Air Algerie- y cuentan además con una escala. Llegarán derrotados a Madrid el domingo.
Nos despedimos de ellos. El resto de la delegación: Nieves, Carlos, Jesús y yo volvemos a nuestra habitación compartida en el campamento 27 de febrero, donde volvemos a depositar nuestras bolsas de viaje.
Cuando se apaga la luz el sueño se apodera de mi organismo en apenas un par de minutos.
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2 comentarios:
Muchas gracias por tu cronica, Fernado. Es casi como haber estado allí.
Las causas justas siempre merecen que alguien las inmortalice.
Brindo con un te saharaui, por que algunas de ellas, consigan hacerse realidad.
El día que ANV desaparezca de los ayuntamientos,otra causa justa habrá contado con tu ayuda para realizarse.
Su crónica D. Fernando es como ver una pelicula de aventuras, me está gustando el relato del viaje en cada uno de sus capitulos. En espera quedo del siguiente.
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