Viernes, 26
Decididamente la T-4 e una terminal incómods. Después del control de metales –en el que pierdo un seguramente peligrosísimo bote de gel- hay que tomar un ascensor, un tren y otro ascensor antes de llegar a la zona de la puerta de embarque.
Carlos Rey –nuestro responsable del grupo Sahara- me decía que a él le gusta tomarse las cosas con calma en los viajes; “a mí también”, le digo. De modo que nos vemos sobre las 9,30 en el aeropuerto. Bucharaya –el delegado del Polisario en Madrid y del que luego el Ministro de Cooperación Salek Babá nos diría que llegaría a ser Primer Ministro de la República- tiene la gentileza de acercarse a Barajas para despedirse de nosotros. Viste ropa de trabajo, con chaqueta y corbata. Carlos cree que se une a la expedición que asistirá al 34º aniversario de la constitución de la RASD. Así que le dice:
- No vamos tan elegantes como tú.
Pero el responsable polisario le contesta que él se queda en Madrid.
Siempre me ha impresionado esta amabilidad desprovista de engaño de que hacen gala los débiles, los marginados, los desheredados de la tierra. Pero ocurre que precisamente en su disposición amable se encuentra buena parte de su fuerza: la que le proporciona la convicción de la justicia de su causa.
Nieves –la mujer de Carlos-, este y yo nos sentamos a tomar una taza de café. Jesús Prieto –nuestro cameraman- ya estaba esperándonos. Llega Rosa acompañada por sus inseparables Mayka Paniagua –responsable de prensa- y su jefe de gabinete Fran Jerez. La conversación gira recurrente en torno a la entrevista de Tñaki Gabilondo a nuestra portavoz en la que esta comparaba a los líderes del gobierno y de la oposición con unos gallegos. “En el sentido más peyorativo del término” es la frase que se pronuncia en el encabezamiento de todas las ocurrencias.
El Polisario nos ha hecho llegar un proyecto de comunicado conjunto que Carlos Rey ha corregido y que leo en tanto que prosigue la conversación. Al respecto, Rosa dice que está claro que el partido saharaui concede una gran importancia al “convenio” y que lo firmaremos con las adiciones que corresponda. Las observaciones de Carlos lo son de estilo y de subrayado de alguna de sus afirmaciones: no modifica nada sustancial. Estoy de acuerdo, le diré más tarde.
Llegamos a la puerta de embarque. Como consecuencia de “conlictos laborales en Francia” nuestro vuelo sufre un retraso. Tenía previsto despegar a las 11,40 y parece que no lo hará hasta las 13,30. los retrasos marcarán este viaje. Combatimos la espera leyendo, charlando y tomando algo.
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1 comentario:
Lo mejor de los viajes suelen ser los preparativos. Los inicios siempre están llenos de espectativas.
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