lunes, 8 de junio de 2009

Sevilla, hora cero

El AVE me deja relajado y puntual en la estación de Sevilla. Debo salir por el sector más a la izquierda dek edificio porque no veo a nadie. Pero pronto llega Manolo, que estará conmigo casi todo el día.
La jornada es agradable y una brisa suave recorre la capital, lo mismo que el coche que me conduce hasta el hotel que está situado en el barrio de Triana.
Manolo es un producto de la transversalidad "avant la lèttre". Tiene ascendiente liberal y, a la vez, ascendiente socialista -el chófer de Largo Caballero.
Desde el hotel Abba Triana se divisa el Guadalquivir, lo cual es un punto de estimadísima reputación para Sevilla -según me explican-. Manolo se ofrece a esperarme en el "hall" del hotel, pero yo le disuado. La habitación es luminosa y confortable.
Comemos en un restaurante trianero de viejo postín y propietarios nuevos y paseamos hacia el hotel por entre callejuelas.
Poco después, Manolo me espera para la entrevista en la COPE local. Suena su teléfono con manos libres -no dejará de sonar durante la tarde-: uno a uno, todos los periodistas que trabajosamente Manolo había congregado para la cena-mitin, se descuelgan. Tiene una pinta muy clara de consigna de los poderes fácticos, pensamos.
De regreso al hotel, Manolo me invita a conocer la preparación del acto: estrado y mesas redondas. Tomo un refresco y van llegando alguno de los asistentes. Uno de ellos es Fernando Iwasaki, que me pide una conversación privada.
Iwasaki habla con frases lentas y reflexivas. Me cuenta su experiencia electoral y me explica lo que tenía previsto decir: su intervención será general y tendrá que ver con la cultura. Yo también le explico el contenido de la mía, que será similar a todas las que vengo haciendo.
Entramos en el salón y ocupamos nuestros puestos. Manolo ordena que se conecte un CD. Suena entonces la voz de Rosa Díez en el mitin-celebración del primer aniversario del partido. Todo han sido retos y todos los hemos superado con creces, viene a decir.
Luego nos presenta. Manolo se sabe nuestros currículos de memoria y dice que se trata de una combinación entre la cultura y la política.
Pero Iwasaki le corrige: "Los Maura han estado desde siempre en la cultura", afirma. También él ha hecho política. Fue responsable de contenidos ideológicos y colaborador de Vargas Llosa en las elecciones a la presidencia peruana. Luego hace una intervención de muy alta calidad en la que reprocha a los partidos tradicionales su cortedad de miras a la hora de afrontar el debate político.
Las palabras de mi tocayo me dan pie para criticar la falta de altura de un partido -el gobernante- al no llamar a un gran Pacto de Estado contra la crisis y la ausencia de generosidad del otro por no comprometer los votos de su Grupo Parlamentario en apoyo a una salida de la crisis. Cuando nos sentamos para cenar, Iwasaki me dice que le ha gustado mucho esa reflexión.
Durante la cena, Fernando sugiere una concentración de esfuerzos en una sola candidatura municipal -donde tengamos más posibilidades- y en la que se "visualice" el nuevo estilo de gobierno que propone UPyD. Creo que la idea es buena, pero tiene sus inconvenientes: en las elecciones locales se vota a las personas, y es preciso contar con una de prestigio que esté dispuesta a sumarse a UPyD -o que, preferiblemente, ya lo haya hecho.
Después de cenar, sugiero que contestemos en bloque a las preguntas -ya son casi las 12- y así lo hacemos. A una cuestión sobre los bicentenarios de las descolonizaciones en Sudamérica, contesta Iwasaki con la sugerente reflexión según la cual fueron antecedente del actual proceso de desmembración de nuestro país.
La situación previa a la pega de carteles se parece bastante a una "kermesse": la gente charla y los responsables de hacer el engrudo tardan. Finalmente aparecen y nos dirigimos a pegar. La superficie del muro elegido es rugosa y el cartel no se adhiere. Alguien dice que la mezcla tiene exceso de agua y que por eso no pega. Aún así nos hacen alguna foto -no hay periodistas.
Es la una cuando me meto en la cama. En la calle apenas empieza la fiesta.

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