miércoles, 17 de junio de 2009

Oviedo y una imagen rediviva de "Vetusta"

En el momento de subir al tren recibo una llamada de "Onda Vasca", para una entrevista electoral. No tengo tiempo de localizar mi asiento, y atiendo las preguntas de pie y entre las dificultades de cobertura que son habituales en estos casos. Ya a punto de llegar a la capital asturiana suena la voz telefónica de Eduardo. Quiere saber en cuál de los coches viajo para esperarme justo a la salida del mismo.
Nacho se encuentra en los alrededores de la estación. Subo a su coche, Eduardo tiene que pasar por la sede a por propaganda.
En el hotel me proporcionan cuchilla y crema para el afeitado y cepillo y pasta de dientes. Me arreglo y bajo para la rueda de prensa.
Pocos medios, una entrevista para una televisión local y una llamada de Europa Press... Lo que en circunstancias normales bordearía el fracaso, en este supuesto constituye todo un éxito. Doy la rueda de prensa con las candidatas locales.
Azucena Alvarez me acompaña a comprar un "kit" alternativo para el aseo. Durante el trayecto hablamos de la mayor flexibilidad con que cuenta el Parlamento europeo para el trabajo, los diputados allí gozan de autonomía suficiente para desarrollar su actividad. Un aperitivo al aire libre -el día está siendo radiante- y comida distendida y agradable.
Después de un rato de lectura y descanso nos vamos de reparto. La calle está repleta de gente y Oviedo es una ciudad de una gran belleza. Alguien me dice que en esa iglesia se casaron los Franco y me parece como si fuera imposible imaginar desde la modernidad y el progreso la oscuridad y el regreso histórico que esos personajes representaron.
El acto se celebra en un centro cultural de buena audición, así que no nos hacen falta micrófonos. Hay unas 50 personas y las preguntas son numerosas. Azucena contesta alguna de ellas.
Justo en el final, hay quien pregunta por las posibilidades reales de cambiar el sistema de representación, de modo que los diputados actúen en beneficio de los ciudadanos. Y yo afirmo que eso es posible y que ocurre en otros sistemas. Para corroborarlo cuento el caso verídico que me explicó Eloy García. Ocurrió en el Reino Unido, una señora mayor, pensionista y que tenía a su cargo a otras personas, fue detenida y encarcelada por no haber satisfecho la tasa que en ese país se impone por tenencia de televisión. Cuando le ofrecieron la posibilidad de hacer una llamada, esa mujer no lo dudó un momento: marcó el número del diputado de su circunscripción. ¡Daba igual si lo había votado o no! ¡Era su diputado! Le contó su caso. El diputado le prometió a la señora que se ocuparía de su caso. Y así lo hizo. Esperó al turno de Ruegos y Preguntas de la sesión ordinaria de la Cámara de los Comunes que entonces se estaba celebrando y pidió votación para que el caso de aquella mujer se incluyera en la siguiente reunión del Parlamento. Votaron los diputados y votaron a favor de la inclusión. Celebrada la sesión correspondiente, midieron sus fuerzas el diputado y el Ministro de Hacienda, este defendiendo la generalidad de la medida, aquel la excepción puntual del caso de su representada. ¿Quién gano ese debate? El diputado. Un solo ciudadano había conseguido que el Parlamento de su nación debatiera y votara una propuesta en relación con su problema, si bien generalizable, no por ello menos particular.
Creo sinceramente que el mundo que proponemos no es una ficción. Existe ya.
A la salida se congrega un grupo de personas y, después de las acostumbradas reflexiones, se forma una comitiva para que rematemos la jornada con un "culín" de sidra. Oviedo es una masa de gente ávida de tomar el aire en esa soleada tarde de viernes. De pronto, una calle vacía y una mujer de mediana edad en la penumbra que forman los estrechos muros. Y la "Vetusta" inmemorial reaparece ante mi vista con una inusitada fuerza.
Llegamos al bar que tiene mesas en el exterior, pero están todas ocupadas. En un reservado, dentro, habría sitio. Pero me veo a las 3 de la madrugada cantando "Asturias, patria querida" y mañana vuelvo a León, de modo que declino la posibilidad del "culín" hasta mejor ocasión.

1 comentario:

Sake dijo...

La mucha edad de las ciudades da mucho respeto ¡que cantidad de sucesos en sus calles!, la historia lo impregna todo y aparece de repente como un fantasma. Luego pensamos, en proximas generaciones también nosotros seremos historia.