miércoles, 4 de enero de 2012

Intercambio de solsticios (298)

- ¿Y dijo por qué causa consideraba que no se podía celebrar la reunión? –preguntó Brassens.
- Bueno… salió con eso de que no se podían permitir que su madre se preocupara; que, por otra parte, se tenía que quedar con algún hermano… que, por supuesto, no podría acudir a la reunión…
- ¿Pero no acabamos de decir que pagaba del orden de 5.000 euros por el servicio? –preguntó Brassens, quien sospechaba que en las palabras de Carmen Jiménez se escondía una estratagema.
- Claro. Pero no disponía de él durante los fines de semana. Excepto de la señora que la atendía por la noche…
- Ya. Justo cuando estaba su hija.
- Bien –continuó equis-. Lo cierto era que no se podía hacer la reunión. Carmen sugirió entonces hacerlo por correo electrónico o por “skype”
- Ya. O sea, un desastre sin paliativos –comentó Brassens.
- Desde luego –afirmó equis-. Ahora viene el siguiente capítulo: las propuestas de los hermanos para corregir este problema.
- ¿Cuál fue?
- Bien –repuso equis-. Gonzalo escribió un correo indicando las opciones que se abrían a partir de entonces: la primera consistía en vender el piso que su madre tenía en una localidad vecina a la ciudad en que vivía. Por este pedían 450.000 euros, aunque explicaba que se podía reducir la cantidad a unos 430.000. Ya lo habían visitado entre 20 y 40 personas, pero nadie había hecho aún una oferta.
- Pero habría alguna otra opción, supongo –indicó Brassens.
- La había –asintió equis-. Como te decía, la señora de Jiménez también tenía la propiedad de un apartamento en el barrio de Salamanca, en Madrid. Este tenía un precio de tasación de 470.000 euros. Santiago Jiménez, el más pequeño de los hermanos, proponía comprarlo, pagando a razón de 100.000 euros anuales, entre mayo de 2.010 y mayo de 2.014. La última cuota que pagaría sería de 70.000.
- Pero el apartamento estaba libre…
- No. Creo que te dije que lo habían alquilado. Pero, por motivos que no conozco, la renta estaba pagada hasta enero de 2.012.
- ¿Y eso era todo? –preguntó Brassens.
- No. En ese mismo correo, Gonzalo explicaba que, según indicación de Raúl Jiménez, el hermano mayot, habría que conseguir incrementar los ingresos de su madre. Se trataría de un esfuerzo a realizar por parte de los hermanos. Según explicaba Gonzalo, si se conseguían reunir entre 1.000 y 2.000 euros al mes, se lograría con eso pagar buena parte de los sueldos del servicio
- ¡De eso a los 5.000!
- Bien. Eso decía Gonzalo –dijo equis-. El caso es que, si no conseguían vender el piso, o sea, la primera opción, sólo les quedaría un paso,

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