Finalmente, Bucharaya nos pide que salgamos del aeropuerto. Todavía en la puerta, a veinte metros de la entrada a la terminal, debemos esperar unos minutos. Pasados estos, el delegado saharaui nos pide que nos acerquemos a un todo-terreno en el que el presunto embajador deposita nuestras maletas.
El resto de la tarde transcurre entre proclamas de apoyo a la causa que se producen en un desorden abiertamente cercano al caos. Hay momentos en los que el público desborda el espacio de entrada al salón, mientras los asistentes al plenario hablan en voz clara y alta a sus vecinos.
En una de las ocasiones en que Carlos Rey y yo salimos a la calle, aprovechamos la oportunidad de intercambiar unas palabras con Carmelo Barrio. De repente, Bucharaya me toca el la espalda para decirme:
- El Primer Ministro quiere veros.
De modo que le seguimos. El delegado saharaui en Madrid nos conduce por la planta baja del hotel, hacia la dereccha, por entre pasillos, hasta llegar a una puerta cerrada que toca. Alguien dentro contesta en hassanía y pasamos.
Había tenido la oportunidad de compartir un café en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con el máximo representante del ejecutivo saharaui, de la mano de nuestra común amiga Ana Camacho. Me sorprendió entonces su preparación y conocimiento de los asuntos diplomáticos, en lo relativo a Naciones Unidas y en cuanto a las relaciones internacionales en general. Ahora me encuentro con la misma persona serena, que escucha y que se diría pretende absorber tus palabras por si alguna de tus apreciaciones pueden serles de utilidad para sus trabajos.
En mis primeras palabras me hago eco del nerviosismo que Rabat está teniendo en los últimos meses y que le está llevando a cometer errores, pese a la complacencia de la diplomacia española. Las manifestaciones marroquíes en la frontera con Melilla, la represión contra los activistas canarios a finales de agosto –cuando se publican estas líneas, la policía marroquí ha asesinado a un joven saharaui de 14 años en un campamento cercano a El Aaiun-… Y le pregunto acerca de su opinión al respecto.
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2 comentarios:
Por favor guardad silencio porque debeis saber que tras ésa puerta se esta debatiendo vuestro futuro y el mio y no es hora de soltar la pasiones mientras las podamos controlar.
Fernando ¿has perdido la buena costumbre de responder a los comentarios o todavía me guardas cierto rencor por mi torpeza?
Me siento incómoda, no lo hice bien y sin embargo prefiero haber metido la pata contigo que sé que me seguirás queriendo a pesar de los pesares.
Me echan broncas por doquier.
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