A nuestra llegada al aeropuerto, y cuando nos dirigimos hacia el mostrador de facturación, una mano se agita en la distancia: se trata de Bucharaya que nos está saludando. Gran parte de la delegación española ha formalizado su entrada en Argelia con un visado colectivo y el delegado polisario debe encargarse de todo. Sorprende observar las evoluciones de un ex primer ministro de la RASD en aspectos tan técnicos.
- A mí también me habían ofrecido formar parte de un visado colectivo. Pero prefería que fuera individual y controlar yo las cosas en todo momento –me dice Carlos. Y le doy la razón.
Terminada la sesión matinal nos acercamos al comedor. Vemos que Jesús Loza y Carmelo Barrio están allí y les invitamos a que se unan a nosotros. Jesús es el presidente del intergrupo del Sahara en el Parlamento vasco y es militante socialista en Euskadi, persona de particular bonhomñia, está siempre dispuesto a ayudar; Carmelo Barrio fue compañero muchos años en el Partido Popular y en el Parlamento, compartimos muchos momentos tristes a lo largo de esos años ominosos de los primeros 2.000 cuando ETA asesinaba a muchos de los nuestros –que lo eran los de todos los partidos y de todas las condiciones civiles y sociales-, ahora nos une el propósito de construir un futuro mejor para ese territorio abandonado de los hombres, cuando no torturado.
Como es natural la conversación gira en torno del futuro del Sahara. Avezado negociador, Loza cree que puede existir una solución si se acomete una profunda autonomía del antiguo territorio español. Sugiere incluso la posibilidad de un estatus de país libre asociado, de conocidas querencias ibarretxianas.
- No se puede confiar en Marruecos –le venimos a contestar Carlos y yo al unísono.
Carmelo Barrio dice que él estará a lo que diga el Polisario. Y si este un día acepta la autonomía –o cualquiera otra solución- el la aceptará.
Converso durante unos minutos con César Vega, el representante nicaragüense en la Convención. Fue embajador de su país en Argelia y es un tipo simpático. Le interesa nuestro partido y las dificultades que tenemos para avanzar.
- En una organización de voluntarios como es la nuestra –le digo- uno empieza la semana pensando en que va a hacer muchas cosas, pero la acabas haciendo lo que has podido.
- En la nuestra eso no pasa –contesta el sandinista-. Como somos un partido que proviene de la milicia, lo tenemos muy claro: el que se compromete a estar a las 10 de la mañana tiene que estar a esa hora…
No le pregunto por lo que le ocurriría a ese “voluntario” si no aparece a la hora prevista porque me temo lo peor.
Después del consabido té volvemos a la sala de reuniones, donde por fin nuestro amigo Andrade va a sentarse en la mesa oresidencial.
El ruido del ambiente de la sala neutraliza las palabras de los oradores que deben escucharse a través de los aparatos de traducción simultánea, aunque se expresen en tu idioma. Hay un barullo y una confusión que ya debe ser habitual en estos casos. De hecho, Loza y Barrio ya nos decían durante la comida que se trata de un acto muy similar a los demás en que ellos han intervenido.
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2 comentarios:
Yo he hecho muchísimo voluntariado desde hace casi 30 años en muchos paises y con diferentes culturas y una cosa que he aprendido es que el compromiso del voluntario con su tarea es el mismo que el del asalariado.
La puntualidad y la responsabilidad deben ser exactas.
Ser voluntario es un compromiso muy serio.
Difícil de entender para los principiantes.
Voluntad de bien siempre ha existido y siempre existe. Pero dime ¿basta con la buena voluntad? o acaso hay que hacer algo más, pero dime ¿el qué?.
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