La reciente cumbre de la Unión Europea, presidida en este semestre por un Estado sin gobierno y que -haciendo gala de un surrealismo poco menos que daliniano- ha cedido la presidencia a la del Consejo, ha tenido como principal argumento el debate entre Sarkozy y Durao Barroso a cuenta de la expulsión de ciudadanos romaníes del territorio del vecino país. Es un debate que tiene sin duda su importancia para nosotros, especialmente dado el indigno comportamiento de nuestro presidente al apoyar media tan contraria a los principios democráticos que presiden el origen y los objetivos de la Uiión, pero quizás convendría observar algunos entresijos de ese mismo Consejo.
Empezando por la política exterior, Lady Ashton había puesto sobre la mesa la importancia de concentrar la acción política diplomática de la Unión en algunos importantes países. Entraban en sus parámetros la firma de acuerdos con Corea del Sur, Pakistán y la India.
El otro flamante cargo procedente del Tratado de Lisboa, Hermann Van Rumpuy, Presidente del Consejo, se planteaba –en boca del informe Larossière- qué hacer con el empleo. Para ello depositaba un documento sobre la gobernanza económica a escala europea.
De las dos propuestas hay que decir que progresa más la primera que la segunda. Y se han empezado a firmar acuerdos bilaterales UE-diveros países; sin embargo, la gobernanza no avanza demasiado. Se ha hablado mucho de sancionar a los países que incumplan los requisitos de convergencia, pero no hay acuerdo en ese punto.
Por otra parte persiste la idea de que la Unión hable en el G-20 con una voz única. A este desiderátum habría que añadir el chiste que hacía el semanario The Economist la semana pasada:
Lady Ashton llama a Hillary Clinton:
- L.A.: Sra. Clinton. Finalmente la Unión Europea dispone de un único teléfono para su política exterior. Ya no podrán decir más lo que afirmaba el Dr. Kissinger.
- H.C.: ¡Cuánto me alegro! ¿Me lo puede facilitar?
- L.A.: Aquí lo tiene.
Clinton marca unos días después ese teléfono. Le contesta una grabación:
- Para hablar con la política exterior francesa marque 1, para hablar con la política exteior alemana marque 2…
El Parlamento Europeo está emergiendo como un poder de referencia. Su víctima es la Comisión. Y Barroso que obtuvo los votos para su reelección en su promesa de no tocar los intereses de los países importantes, ahora debe lidiar con una airada Francia en el caso de los gitanos expulsados por este país.
Se constata asimismo que la soberanía de España está muy debilitada. A corto plazo se ha evitado el colapso, pero las autoridades europeas no nos permiten que hagamos casi nada –en este caso habrá que decir que por fortuna.
Resulta evidente que Alemania debe convertirse otra vez en la locomotora de Europa. Pero estas no son las tesis de ese país, que sólo aspira a presidir el Banco Central Europeo y protagonizar su política monetaria y la solidez del sistema financiero europeo.
No resuelto aún, el asunto de la deuda se ha vuelto a poner sobre la mesa. En concreto se trata de Grecia y de Irlanda. El caso español no se está planteando, por ahora. La banca alemana –que ha comprado elevadas cantidades de títulos españoles- debía superar la prueba de stress, cosa que ha hecho sin dificultades. Por otra parte, el Rey de España ha convencido a los emiratos árabes de que compren deuda de nuestro país.
El Banco Central Europeo no ha subido sus tipos, lo que supone un alivio para la economía española. La menor presión de los mercados permite alguna alegría adicional al Gobierno.
Las relaciones entre la UE y Rusia no van por buen camino. Los rusos pretenden que la Unión se abra a sus nacionales, pero los europeos pedimos una reciprococidad –que no se exija visado a los turistas europeos- a la que Rusia no está dispuesta.
En cuanto a la posición europea en el Oriente Medio, respecto de las conversaciones que se están manteniendo entre Netanyahu y Abú Mazen, la Unión ha estado “in albis”. Parece que se le ofreció una silla a Lady Ashton, pero que esta –quizás debido a su férrea posición de no abandonar su casa de campo durante los fines de semana- no se acercó a Washington.
Y parece que por fin Zapatero se podrá hacer la foto con Obama. El presidente de los Estados Unidos acudirá el próximo noviembre a Barcelona para la pospuesta Cumbre del Mediterráneo.
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1 comentario:
Imposible concentrarme, ya eres el otro.
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