¿Qué pasa? Pues que los primeros hijos de mi familia pues ya están destinados a morir. Porque se han quedado como una tradición que empezó mi propio padre, matando a mi hermana, la primogénita y a la otra mujer, que se casó con otra mujer, también mató a ese primogénito suyo. Y el primogénito tuvo dos hijos. Pues tampoco a mi padre le gustaban, y que le bautizaran con su nombre a sus nietos. Todo aquel que se llamara Antonio Mbua como él, pues lo mataba. Y le mató, pues, a aquel primer nieto lo mató. Y el primer hijo de mi hermana, lo mató. Y el primer hijo de la otra hermana, lo mató. O sea, aquellos primeros hijos murieron. Hasta… quedamos en nada. Hasta que yo… Hasta que mis espíritus dieron el visto bueno para volver a tener niños no hubo niños en la familia. Y otro tanto que mi hermana, mi otra hermana, que somos dos. La verdad que es un lío. La otra hermana mía, que mi padre no quiso que se casara, pero ella se casó porque quiso. Y la maldijo. De tal forma que mi hermana nunca tuvo hijos. Cuando un curandero lo descubrió y dijo, que el motivo (…) que no había tenido hijos era porque mi padre no quería.
¿Qué pasa? Mi padre no lo reconoció. Pero también lo reconoció. Al mismo tiempo decía sí, decía no. Y mi hermana acaba de tener una niña, pues hacía años atrás, como diez años. Y, o sea, retuvo su menstruación durante todo ese período de casada que estuvo. Nunca volvió a tener la menstruación. Mi madre, por castigarla, porque me había llevado a un curandero. Hizo… porque mi madre estaba en el campo, hizo una tormenta sobre ella. Y ella, al oír esa tormenta, porque ni siquiera había lluvia, el cielo estaba soleado, se cayó encima de un árbol cortado, y ese árbol cortado entró en todo su aparato sexual, y su aparato, todo, arrancando todo lo que encontró a su paso. Con mi madre llevaba todo, o sea, los años que tengo yo los años que llevó mi madre desde que se separó de mi padre. O sea, se separó, de una forma, o sea, sexualmente con mi padre, desde que yo nací.
¿Y qué más? Ahora no me acuerdo de mucho. Muchos movimientos también han tenido mis hermanos. Actualmente mis hijos sufren la misma enfermedad que yo sufría ya de niña. Pero que lo ha provocado una hermana mía que es, mi padre le dio el poder de hacer el mal. Y entonces ella lo ha querido practicar en mi hija. Lo que pasa que mi hija está protegida con sus propios espíritus, y de los míos también. Entonces, ha provocado la visión, la visión de mi niña. Y, actualmente, pues, mi hija no está del todo bien por ese problema. Y esa hermana mía, que quería matar a mi hija, ha matado a sus dos hijos, ha matado a su marido, y ahora está haciendo comercio, y mi padre castigó a mi cuñado de una forma indirecta, quemándole todo lo que tenía. El chalet que había construido se quemó, en un abrir y cerrar los ojos. Y al día siguiente le sacaron del trabajo. O sea que todos hemos sufrido en carne y hueso la maldición de este señor.
Bueno, así que, hay muchos movimientos que, las que quieras que yo desarrolle, puedes oírlas cuanto tu me lo pidas.
Yo creo que hasta aquí hemos llegado. Gracias por todo.
Y, en efecto, en este punto terminaba la tercera y última cinta de la historia de Adelfa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pues cualquiera supera ésa historia y yo que creia que habia visto cosas horribles. Ahora se que no se nada de nada.
Publicar un comentario