lunes, 25 de enero de 2010

Intercambio de solsticios (56)

BRIDGE OVER TROUBLED WATERS

Muchas veces me dicen:/Eres un héroe,
Y yo les vengo a contar siempre la misma historia.
No. Yo no soy el de la canción de Simon & Garfunkel,
Aquel que se ponía en la mitad del puente,
Observando el torbellino del río al correr,
Y que se decía a sí mismo:
Es preciso/lo voy a hacer/me voy a tirar.
Porque yo no soy un suicida,
Aún le tengo un cierto apego a esta mierda
Que algunos le siguen llamando vida,
Quizás como un mero formalismo,
Por nombrar a esa cosa de algún modo.
Pero no/Cuando yo me tiré al agua,
No lo hice desde el puente,
No tuve que describir un largo salto,
Para despeñarme con la piedras que había abajo,
O para dejarme llevar por las aguas turbulentas,
En ese destino al que otros se refieren como la muerte,
Pero yo ya voy diciendo que se llama descanso/simplemente.
Resulta que fue de otra manera a como cuenta la canción.
Pepe y yo volvíamos de nuestras vacaciones,
Un barco atravesaba el Mediterráneo,
Las islas de Ibiza y Mallorca/pero aburridos de tanto mar,
En Madrid resolvimos tomar un avión para Bilbao.
Y allí estaba Lorenzo/Lorenzo siempre vendía algo,
Por aquel entonces/(quizás hoy ya no venda nada,
Solamente se dedique a comprar "gin tonics" en los bares,
En la sempiterna compañía de su hermano)
Pero entonces Lorenzo era un chico que prometía,
Y vendía muy bien todas las cosas.
Incluso un Partido Liberal de tres al cuarto,
Que integrara con una sigla más la célebre "sopa de letras":
AP, PDP, PDL y UCD/Me propuso entrar en el asunto,
Y a mí es verdad es que me iba la marcha.
Alíí estábamos los cuatro y el tambor/como correspondía,
En una oficina de la calle Henao, de Bilbao,
Discutiendo si era antes el huevo o la gallina
(si antes había que hacer partido,
o presentarse a las elecciones,
y aprovecharlas para hacer partido)
lorenzo decía que lo segundo y yo estaba de acuerdo,
La política significa esencialmente estar,
Porque si no estás es cuando no tienes nada que decir.
Pero Gonzalo era más teórico que todo eso,
Quizás por eso está ahora en Madrid,
Dirigiendo una revista de información general,
Y leyendo los periódicos en un programa de radio,
Mientras que a otros nos han sorprendido las aguas/
Estas sí, turbulentas/Pero no hablemos m�s de lorenzo
O de Gonzalo o de aquella campñ�a electoral.
Es verdad que entonces sonaban las balas,
Y caían soldados, guardias civiles, policías nacionales,
Pero otros nadábamos en un lago/en medio del río,
Y creíamos que los coches-bomba no iban con nosotros.
Recuerdo que mataron a un guardia civil/creo
En esa campaña del 82/en la provincia de Guipúzcoa,
Por la que yo me presentaba como candidato a senador.
Ni siquiera asistí al funeral/ Era así como despedíamos
A los cadáveres.
Pero llegó esa tarde en que le mataron a Gregorio,
Y la mañana en la que me pusieron escolta,
Y vinieron otros días, otras tardes,
Especialmente la del asesinato de Miguel Angel.
Y ya nadie de entre nosotros podía dudar,
Que el lago aquel se había transformado, todo él,
En el río de las aguas turbulentas...
Y entonces, sí, nos cabía la duda de su merecía la pena/
De si era mejor dejarlo y vivir una vida en paz.
Pero eso es lo que pretenden esos tipos:
Los nacionalistas violentos,
Los nacionalistas soberanistas y excluyentes.
Los primeros quieren que salgas de su Euskadi/con los pies
Por delante/Los segundos también quieren que te vayas,
Aunque estos (son pacíficos) no desean que te maten.
Y eso es precisamente lo que debo hacer/quedarme
Y poder contemplar mi imagen todos los días/
En el espejo/pudiendo decir que estoy haciendo/
Lo que debo, simplemente.
No. Yo no me he tirado a este río en el que ahora me encuentro.
No. Yo no soy un valiente como me dicen cuando les cuento/ Lo que hago/Sólo pretendo no ser un cobarde
Y reconocer mi cara todas las mañanas,
Cuando me paso el cepillo de dientes por la boca,
Y peino los escasos pelos que me quedan,
Antes de salir de casa/para seguir haciendo/
Todas las cosas que tengo programadas/Muchas/demasiadas cosas
Quizás para olvidarme/tan sólo/
Que nado en las aguas turbulentas,
Que quizás algún día esas aguas me arrojen al fondo,
Y me impidan respirar más veces,
Que quizás otro día me lleven contra las rocas,
Y allí estalle mi cabeza en mil pedazos.
Y entonces pienso en la gloria de la muerte,
Que solamente es la paz,
Y que la vida es apenas una mierda,
Del que contempla el puente sobre las aguas turbulentas,
Pensando en tirarse algún día.

Lanzarote, 15 de agosto de 2002

2 comentarios:

Sake dijo...

-Mira ha pasado tiempo y sigo igual de triste igual de desanimado, todo me da igual. Miro por la ventana y nada ha cambiado, estoy preso como antes como siempre. Dicen que hay libertad, pero yo sólo lo sé porque lo dicen yo no soy libre, mi hábito me hace exclavo. No se pude disfrutar de la vida pensando en la muerte y todo ésto ¿porqué y para qué? la respuesta no por sabida es menos real ¡por la libertad! por ¡la justicia! y por la vida. Y con todas ésas respuestas aún no entiendes bien el ¡porqué del mal!.

Antonio Valcárcel dijo...

Paisaje triste. Visto por los ojos de un hombre que aspira a la depresión o están ella, aún sin ideas autolíticas, inmersas sus ideas al igual que el risco que bañan las aguas torrenciales de los ríos o arroyos; el puente significa salvación: no mojarse por inmersión, sólo quizás, por el aguacero. Este tipo de bautismo le habló Jesucristo a Nicodemo.
La Biblia nos dice que Nicodemo era un hombre muy importante. Era líder. Era parte de un grupo de hombres que estudiaba la ley (los Fariseos). Era también parte de un grupo muy similar a la corte suprema que tenemos hoy (el Sanedrín). Tomaban decisiones que la gente tenía que obedecer.
La libertad de Simón Bolivar, ¿es igual a la todas las libertades?
Mi libertad esta zizallada, ando con escolta, me retiran el saludo quienes eran mis amigos, los nacionalistas me hacen la vida dificil y ETA nos vigila a las ovejas que estamos en el aplisco español.