viernes, 18 de septiembre de 2009

Intercambio de solsticios (36)

Se acercaron. Llevaban el pelo cortado al cero y la cara afeitada. Altos y fuertes. Armados con objetos diversos: ametralladora, el que parecía llevar la voz cantante; un Kalashnikov, procedente del arsenal de alguna antigua banda del crimen organizado, el segundo: un viejo CETME del Ejercito español y de improbable puntería, el tercero y, por fin, una bayoneta que parecía sacada del Museo de la Guerra, el cuarto. Iban vestidos correctamente y en las mangas derechas de sus musculosos brazos lucían -para tranquilidad de Jorge Brassens- sendos brazaletes verdes.
- Su identificación -ordenó de forma seca el jefe del grupo: un hombre de acento sudamericano, ¿ecuatoriano quizás?
Brassens le entregó su salvoconducto: un folio doblado en 4 partes y que llevaba la firma del sheriff del Distrito. Con ese papel podía su titular circular sin impedimento alguno por todo Madrid y a cualquier hora del día y de la noche. Claro que la protección le alcanzaba sólo -y con suerte- dentro de los límites del barrio de Chamartín. Más allá de sus fronteras se encontraba a merced del buen criterio de quienes estuvieran al cargo del orden o del sentido de la oportunidad de que hicieran gala los malhechores. En el peor de los casos, la desaparición de Jorge Brassens -una especie de ministro plenipotenciario- en territorio ajeno al propio, nada más que habría supuesto un conflicto diplomático sin consecuencias: ¡Era tan ingente el número y tan densa la naturaleza de las tareas a resolver!
A la lectura del documento, el jefe del grupo se llevó la mano a su descubierta cabeza en descuidado saludo militar.
- De acuerdo, señor -dijo.
Un segundo después, el jefe del grupo miró por encima del hombro de Jorge Brassens, levantó su ametralladora y gritó.
- ¡Hágase a un lado!
Jorge Brassens dio un salto hacia lo que quedaba de acera que le supondría un traspiés que a poco si dio con su organismo en el suelo.
Un intenso tableteo de arma sonó a su izquierda.
- ¡Se me ha escapado, la jodida! -exclamó.
- ¿Qué era? -preguntó un tanto aturdido Jorge Brassens.
- Una rata, enorme -le explicaron abriendo las palmas de sus manos hasta abarcar 30 ó 40 centímetros.
- Ya está habiendo casos de peste -declaró el jefe del grupo-. Y parece que no tenemos raticidas... Aunque usted debe saber más que nosotros de todo esto.
Jorge Brassens asintió.
- ¿Me permite preguntarle hacia dónde se dirige usted? -inquirió el responsable.
- No faltaba más. Voy a la estación de Chamartín. Tenemos Comité de Distrito -explicó.
- Le podemos acompañar. Si usted quiere, claro.
Jorge Brassens no tenía inconveniente.

8 comentarios:

Sake dijo...

Todo ésto que parece una película o una novela es real y con acento aún más trágico está sucediendo, por ejemplo en Afganistan. Y nosotros estamos aqui y algunos están alli. Que grande es la literatura que permite acercarnos a ambientes diferentes y feroces desde nuestros confortables sillones.

Antonio Valcárcel dijo...

Querido Jockey:

Estamos aquí ¡Que maldito país! La gente tiene un aspecto hambriento. No tiene miedo de nada. Cuando te miran son más duros que clavos y cuando les miras sus ojos son de un negro suave. Todo aquí es más viejo que el propio infierno, las casas planas, los pueblos que muchos están rodeados de muros. Va a resultar más difícil que nada tomar un pueblo con una muralla, porque antes de llegar a él no hay más que campo abierto y montañas. Leí una vez que Napoleón le fastidió mucho. Nunca he visto tantas malditas iglesias en mi vida. Están construidas como fortalezas, con paredes gruesas con hendiduras para los mosquetes como en la época antigua (...)

Del libro ¡HERMANOS! de William Herrick.

¿Cuantos "hermanos" tienen o tenemos quienes un día apostamos por UPyD? Y lo digo a colación de la próxima Asambleas para la elección de delegados del próximo 2de octubre en Bilbao, ahora que las aguas están muy turbulentas sobre la Ría del Nervión.
Los "hermanos de Rosa" son los más dignos del partido? En fin, cuantas esperanzas rotas.

Sake dijo...

Antonio Valcárcel, estimado Antonio, sólo se rompen las esperanzas que nos empeñamos en romper. Y la verdad romper esperanzas es algo bastante desagradable y negativo.

Antonio Valcárcel dijo...

Estimado Sake:

Estimado en la virtud y derecho que usas, disfrutas y tienes en no dar a conocer ni tú rostro ni identidad, te diré:

Que las esperanzas pueden ser incluso teologales, del estado de ánimo, valor de una variable aleatoria, de una distribución o probabilidad, de vida, de cambio, etc.
Dices:-"romper esperanzas es algo bastante desagradable"-.

De la esperanza de la cual estoy refiriéndome no se ha producido. Por tanto, difícilmente se pudiese llegar a romper. Por eso es esperanza: la esperanza no es llenarse la panza, porque se espera un cambio uniforme y multicolor; donde todos y con todos consigamos formar un arco iris. Aún, el arco iris no se ha formado, -y mira que ayer llovió torrencialmente sobre Bermeo, Lequeitio-, etc.
Mucho somos los llamados y pocos los elegidos, ¡que desesperanza!
Amigo humo, el espíritu que mana de tus letras parece reconciliador; hay quién escribe mejor que obra.
Aún conservo la esperanza de que un día se materialice la teología y no los teólogos, esos que dicen de la liberación y no del libelo.

Sake dijo...

Antonio amigo, ya quisiera yo poder actuar como seria mi intención y tener la capacidad para obrar reconciliaciones y buenas actuaciones. Pero creo que hay que intentar lo imposible y te recuerdo que compartir éste rincón contigo es placentero y un refugio amable.

Antonio Valcárcel dijo...

...Muchas gracias amigo Sake, y perdona si en algo te he ofendido, hay veces que yo solo me enciendo como una tea, son muchas veces que he sido utilizado para nada; algo parecido al papel higiénico. No quiero ser un borrego más que sigue a un pastor sin perro guardián, ¿ves, como ha quedado el rebaño? ¿Leíste el artículo en "El Correo" de éste domingo con la firma de Rodolfo? El cual criticaba la línea que sigue la actual dirección, hermética, formada y secundada por pretorianos de Rosa Díez. Pero que nadie se llame a engaño: era, es y será el partido particular de Rosa y sus pretorianos: (EL PARTIDO DE ROSA). Que logró ilusionarnos con la trasversalidad de "los espetos malagueños".
En fin, a donde iremos ahora amigo Maura, ¿nos admitirán en el PP o nos vamos al PSE-PSOE o formamos un nuevo partido de la escisión; del rosa al amarillo?

Un abrazo.

Antonio Valcárcel dijo...

...Muchas gracias amigo Sake, y perdona si en algo te he ofendido, hay veces que yo solo me enciendo como una tea, son muchas veces que he sido utilizado para nada; algo parecido al papel higiénico. No quiero ser un borrego más que sigue a un pastor sin perro guardián, ¿ves, como ha quedado el rebaño? ¿Leíste el artículo en "El Correo" de éste domingo con la firma de Rodolfo? El cual criticaba la línea que sigue la actual dirección, hermética, formada y secundada por pretorianos de Rosa Díez. Pero que nadie se llame a engaño: era, es y será el partido particular de Rosa y sus pretorianos: (EL PARTIDO DE ROSA). Que logró ilusionarnos con la trasversalidad de "los espetos malagueños".
En fin, a donde iremos ahora amigo Maura, ¿nos admitirán en el PP o nos vamos al PSE-PSOE o formamos un nuevo partido de la escisión; del rosa al amarillo?

Un abrazo.

Antonio Valcárcel dijo...

...Muchas gracias amigo Sake, y perdona si en algo te he ofendido, hay veces que yo solo me enciendo como una tea, son muchas veces que he sido utilizado para nada; algo parecido al papel higiénico. No quiero ser un borrego más que sigue a un pastor sin perro guardián, ¿ves, como ha quedado el rebaño? ¿Leíste el artículo en "El Correo" de éste domingo con la firma de Rodolfo? El cual criticaba la línea que sigue la actual dirección, hermética, formada y secundada por pretorianos de Rosa Díez. Pero que nadie se llame a engaño: era, es y será el partido particular de Rosa y sus pretorianos: (EL PARTIDO DE ROSA). Que logró ilusionarnos con la trasversalidad de "los espetos malagueños".
En fin, a donde iremos ahora amigo Maura, ¿nos admitirán en el PP o nos vamos al PSE-PSOE o formamos un nuevo partido de la escisión; del rosa al amarillo?

Un abrazo.