viernes, 4 de septiembre de 2009

Intercambio de solsticios (31)

PRIMER DÍA DE MIS VACACIONES DE PRIMAVERA

Un juez de corbata azul me recita mis derechos
Sostiene entre sus manos una carpeta de color negro,
Con sus hojas de plástico transparente,
A través de las cuales puedo adivinar un pasquín amenazador.

Puedo adivinar, también, su contenido,
Asesinos, ¡Marcháos de nuestra tierra!
Han recortado nuestras dieciséis fotos de algún periódico,
Las han ampliado, y han formado con ellas el cartel.

La voz del juez es monótona,
Él debe ser consciente que no sirve de nada,
No les cogerán, nunca les cogen, no quieren cogerles,
Prefieren marchar por la otra calle cuando ponen los carteles.

Y, mientras tanto, la vida sigue, la mía.
Un amigo me sorprende en el teléfono móvil,
¿Qué hacéis? ¿cómo es posible que sea así?
Y te quedas mirando hacia la autovía de Pamplona.

Tienes la expresión ida, la mirada embobecida,
Porque ya sabes que el fracaso ha aparecido otra vez,
Con su habitual compañía formada de ecos solitarios.
Y no sabes entonces qué dirección tomar, excepto Pamplona.

Y las palabras del juez de corbata azul,
Una vez que me extiende un papel de membrete oficial,
Que yo firmo sin leer,
Se parece también al fracaso de este nuevo día.

1 comentario:

Sake dijo...

Es ingrato luchar contra el mal cuando los poderes oficiales no ayudan. Muchos han sufrido, sufren en un camino sin final. Los enfermos de odio los amenazan hasta los límites de hacerlos enfermar de impotencia de ansiedad y pasan los dias y las noches son agobiantes, hasta preguntarte ¿Merece la pena vivir?.