martes, 18 de junio de 2013

NER. Mensajes cruzados (29)

10.12. La mañana del 30+1 él se levantó muy triste. A las cinco menos cuarto de la madrugada ella le había dicho que no iría a verle, que la NER amenazaba a su vida cotidiana y que había decidido acabar con ella. así que cuando ella le llamaba a las 8 para decirle que se encontraba mal y que no se podía acercar él ya lo sabía. Era verdad que él se había puesto en lo peor y que escribía desasosegadamente los mensajes de las tres pes –pongamos que me pongo en lo peor- pero de esa forma descontaba él parte de los devastadores efectos de su decisión. Y se lo dijo cuando desayunaba. Ella arrugó el ceño y quiso acompañarle durante su paseo. Cuando dejaron de hablar él se había reencontrado con la NER y alejado de sus peores presagios. En la comida le pidió que aflojara la tensión porque les hacía daño a los dos. Entonces a ella se le escapó un “te amo” que nunca antes había pronunciado. Más tarde, envueltos en la magia de la NER, definieron sus colores, su tejido y se contaron las historias disparatadas de un nuevo espacio mágico que ya era para ellos su nuevo “país de nunca jamás”, donde sólo los sueños se hacen realidad y la vida cotidiana siempre se bate en retirada. PD. Yo también te amo.

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