jueves, 4 de abril de 2013

NER. Mensajes cruzados (2)

16.11.04. Acabo de llegar a casa y he puesto tu CD, y como me acuerdo de ti te pongo este mensaje. La conversación de esta tarde no me ha dejado muy bien, diría incluso que me he sentido un poco frustrado, por eso escribo estas letras mientras escucho tu música que me habla de ausencia, que me habla por lo tanto de ti. Pero no eres tú la causante de mi frustración, tampoco has creado distancia alguna entre los dos. Es una lástima que se haya cortado tan rápidamente nuestro encuentro de hoy, se podría haber prolongado hasta la madrugada y aún este triste sol de invierno nos hubiera sorprendido en el amanecer, fundido en nuestras interminables palabras. ¡Nos queda tanto por decir! Pero la tecnología actual me permite ordenar mis pensamientos y ponerlos en un mensaje –largo- que tú puedas leer inmediatamente. Hay algo dentro de mí que me está gritando: “¡Abandona esa estúpida contención tuya! ¿No ves que también tú formas parte de la NER? ¡Díselo! ¡Dile que la vas a coger de la mano y que vais a saltar los dos hacia ese mañana que os espera! Que es preciso vivir la vida, llenarla de los momentos de felicidad que os quedan”. Esa voz interior es profunda, es verdad, pero yo te digo que no te voy a agobiar, como si fuera posible dominar el terremoto que siento –uno de los más fuertes en mi escala de Richter particular, te lo aseguro-. Es verdad que puedes decidir dejarme –cuando escribo esto se me parte el corazón-. No lo hagas, no me consideres nunca un problema sino la posibilidad de vivir una historia feliz y ¿por qué no? duradera. Esa voz interior me dice que tú y yo lo podemos hacer, -lo mismo que cuando tú me dices que no fue una casualidad cuando nos conocimos-, que podemos vivir una historia preciosa. “Cuando llegue el momento –me dices- tendré que tomar una decisión”. ¿Y cuándo es el momento, Susana, de cogerte de la mano, de saber –de verdad- a qué saben tus besos? Supongo que incumplo mi promesa, que te estoy agobiando. Pero, como decía el poeta, “yo no sé muchas cosas, es verdad”. y añado yo: pero sé que te quiero. Buenas noches. PD. Sigo escuchando esta bella música –que ya no es tan triste- y sigo pensando en ti.

No hay comentarios: