miércoles, 2 de diciembre de 2009

Una justicia de barra libre

Asistimos en estos momentos, a una judicialización de la vida política y social de este país. Si uno de los rasgos característicos de nuestro sistema judicial es el ineficacia de su administración, para colmo se ha convertido en el escenario de la batalla política de dos partidos PP-PSOE que no son capaces de desarrollar su mandato democrático y ejercer su actividad en los foros propios de la vida política sino que de manera constante se enzarzan en una batalla judicial contribuyendo a colapsar, si es posible más, la ya de por si, saturada administración de justicia. A todo ello, se añaden los casos de corrupción política que invaden las instancias judiciales de todo el territorio nacional, y que muchas veces después de utilizar de manera exhaustiva todos los recursos judiciales disponibles, quedan impunes ,en la mayoría de los casos por algún defecto procesal.

La justicia, entendida como una de las premisas de nuestro sistema democrático consigue el fin contrario al perseguido cuando el modelo se ve saturado por un incremento constante de la litigiosidad. Sin negar la premisa, de que se debe facilitar el acceso a la justicia a todos los ciudadanos, dichas facilidades no pueden suponer una carga insoportable para el Estado, que nos conduzca a una justicia inoperante.

Entre las medidas que permiten esa “facilidad de acceso”, destaca la inexistencia de costas judiciales. En la actualidad existe una multiplicidad de litigios cuya temeridad no se ve sancionada con pena alguna, sobre todo en el ámbito contencioso-administrativo y en el ámbito penal, siendo evidente que si el ciudadano debe acceder de manera ágil a los tribunales debería ser una premisa inseparable del anterior, la necesidad de hacer soportar las costas de una utilización indebida de la justicia a todos aquellos litigantes temerarios.

Así de sencillo, el principio de justicia que debe imperar en todo el sistema judicial es que “el que pierde paga”. De este modo, la puesta en marcha del aparato judicial sin haber conseguido una sentencia estimatoria debería determinar la imposición automática de las costas judiciales, un hecho excepcional en casi todos los procedimientos.

En muchos casos esas costas deberá pagarlas la propia administración, y en otras debería aplicarse a aquellas conductas temerarias de quienes utilizan la justicia arbitrariamente. Y es que la constante judicialización de cualquier conflicto de la vida política y social y la utilización de la justicia con fines mediáticos y partidistas no contribuye sino a agravar el problema de nuestros tribunales. El que pierde debe pagar y nuestros políticos deben saber que acudir a los tribunales no siempre es “gratis”.

1 comentario:

Jose L RAya dijo...

Aunque estoy de acuerdo con Usted, y la cuestión que aborda estaba incluida en el artículo 90.5 del manifiesto político realizado para el I congreso de UPyD; basado en que la justicia ha de ser igual para todos y que la pena ha de servir para enmendar la condición del infractor, realice alegación al respecto, en la que exponía que los costos procesales de aquellos que utilizan la justicia temerariamente deberían de ser, entre otras, proporcionales a la renta del infractor; así mismo si el acceso se realiza como consecuencia de una situación de poder (cargo público o electo), la pena debería de ser la retirada del mismo o perdida del cargo (además de la parte económica, por supuesto); y en tercer lugar dado que para que alguien cometa temeridad en un Juicio precisa de un abogado, y que estos suelen ser más dados a calentar el oído del cliente, que a iluminarle jurídicamente, deberían de incluirse entre los multados, si no lleva a su cliente por la senda de la razón y la justicia.
Así mismo y para que esta nueva situación no colapse la justicia, las penas o pagos por uso temerario deberían de fijarse restrictivamente, conocerse pormenorizadamente y a priori, y ser inapelables.
Una vez que hemos llegado a la cuadratura del círculo, solo nos queda saber, ¿quién pondrá el cascabel al gato?
Más extensamente explicado en http://unidosparaelprogreso.blogspot.com/