jueves, 7 de junio de 2007

¿El "Guernica" en el Guggenheim? Una intervención parlamentaria.

El objeto de la proposición de ley que presenta el
Tripartito a nuestra consideración en la mañana de hoy ha
sido definido de muy diversas maneras a lo largo de la
historia. Y quisiera empezar con la que hacía Gijs
Hensbergen, en el sentido de que decía que se trataba de un
verdadero icono del siglo XX. En este sentido, y también
teniendo en cuenta las palabras que decía la que me ha
antecedido en el uso de la palabra, la señora Corrales,
Göering diría en el proceso de Nuremberg, cuando se planteó
el fenómeno, el asunto del bombardeo de Gernika, que se
trató de un ensayo macabro de modalidades que luego se
utilizarían general e intensivamente a lo largo de la
Guerra Mundial.

Es un cuadro que, como su señorías –creo– conocen
sobradamente, representó a España en la Exposición
Universal de París en el año 1937, y que fue custodiado por
el MOMA por deseo expreso de su autor. Se dijo durante
mucho tiempo que volvería a España (cuando en realidad este
cuadro nunca estuvo en España), que volvería a España
cuando se restableciera en nuestro país la democracia.

Es una pieza de casi cuatro metros de ancho por casi ocho
de largo, y que pesa no menos de trescientos kilos. Y que
no ha sufrido menos de 42 traslados, si me permite la
señora Lasa esta pequeña corrección.

Fue sometido hace muchos años a un tratamiento de ceras en
su interior, que se craquelarían al enrollarse. Una
técnica, por cierto, obsoleta hoy en día, pero que es la
única posibilidad de su transporte, según 35 técnicos que
fueron consultados por el Ministerio de Cultura.

El desgaste, incluidos algunos desgarros, afectó sobre todo
a los bordes, producto de las labores de tensado, pero
también la pintura en general sufrió pérdidas de materia en
zonas donde se adivinan las marcas de viejos pliegues como
consecuencia de operaciones poco cuidadosas.

Pero hay opiniones diversas. Entre estos 35 sabios hubo,
empero, una voz disidente, la de Stephen Michalski, que es
científico jefe del Instituto de Conservación de Ottawa,
que dijo que con las nuevas técnicas cualquier obra es
transportable. O la de Daniel Giralt, que decía que para
mover al Guernica hoy se necesita una UVI del arte.

No se prestó, por las causas que se han explicitado, cuando
se ha pedido. No se prestó al Guggenheim, no se prestó a
los Juegos Olímpicos de Barcelona, ni tampoco cuando lo
pidió Japón para conmemorar el 50 aniversario de la bomba
de Hiroshima. Pero, según Carol Stringari, del MOMA, el
traslado no deja de ser posible.

Es un cuadro muy importante, no sólo desde el punto de
vista artístico, sino desde el punto de vista histórico. Es
ese icono del siglo XX a que hacía referencia al principio
de mi intervención.

Picasso pintó la relación entre al sufrimiento taurino y la
guerra; dijo que estaba poseído por la angustia y por el
odio, por el deseo de combatir precisamente esa angustia y
ese odio. Sin embargo, hay que decir en honor a la verdad,
y poniendo las cosas en su sitio (la historia tiene que ser
reivindicada también en ese aspecto), que el Gobierno Vasco
en su tiempo no vio con buenos ojos que fuera Picasso quien
representara esta tragedia.

El artista y delegado del Gobierno Vasco ante la Expo de
París, José María Ucelay, propuso a Aurelio Arteta que
hiciera, que realizara un cuadro en relación con la
tragedia, quien declinó en favor del malagueño, de Picasso.
Incluso Dalí se propuso a sí mismo, pero fue rechazado.
Ucelay, por cierto, no dejaría de señalar la existencia de
elementos pornográficos en el cuadro. En este mismo sentido
está la frase del padre Alberto Onaindía, que dice algo así
como que "el cuadro no tiene nada de Guernica, ni tiene nada
de vasco". Pero, bien, trasciende evidentemente esta
opinión histórica a nuestra época, y en este momento los
nacionalistas reclaman la presencia temporal del Guernica
en el País Vasco.

Nuestro criterio, coherente con lo que hemos planteado en
el ámbito nacional, en el Congreso y en el Senado,
concretamente en esta última institución, y también en las
Juntas Generales de Vizcaya, se abona en dos
fundamentaciones claras: en un primer momento, en que sea
un equipo de técnicos quienes determinen que efectivamente
este traslado es posible, y que este sea un traslado
temporal. Por lo tanto, en nuestra enmienda lo
manifestábamos de una manera expresa.

En la transaccional que hemos suscrito creemos que mejora
este criterio, por cuanto no solamente se reduce a los
técnicos del Bellas Artes de San Fernando, sino también a
los del Reina Sofía, al museo del Prado y al Guggenheim
también, dentro de los técnicos que tendrían que valorar
esta posibilidad.

Voy terminando. Es un cuadro en el que se transforma a las
víctimas precisamente en vencedores. Como decía Calvo
Serraller, "por haber sido capaz Picasso de reconocer el
valor simbólico, mítico de la inmolación gratuita de una
población, en la que no estuvo y con la que no tuvo la
menor vinculación personal, por eso, esa capacidad de
aprovechar el acontecimiento histórico, trascendiéndolo,
yendo más allá de su interpretación partidaria, es por lo
que el Guernica alcanza la categoría de obra maestra, cuya
naturaleza nunca es desvirtuada por el paso del tiempo,
como puede ocurrir al mismo tiempo también con la Rendición
de Breda, o con Los fusilamientos de la Moncloa. El
Guernica, sin haber esquivado el compromiso moral
inmediato, conectó con aquellos sentimientos arquetípicos
de nobleza que dan sentido a la historia del hombre, y en
concreto traen la paz como el requerimiento ético más
precioso a nuestra desgarrada historia contemporánea".

Más cerca de nosotros, en esta misma tribuna el militante
socialista, del Partido Socialista de Euskadi, Eduardo
(Teo) Uriarte dijo: "No vamos a jugar a que este cuadro,
que es el símbolo de la paz, un cuadro contra la guerra, se
convierta en una guerra contra los cuadros". Ese es también
el propósito de nuestro grupo y, desde luego, de este
parlamentario. Muchas gracias.

1 comentario:

SERGIO DOW dijo...

Interesante articulo!--Carol Stringari dejo de ser, desde hace varios anos la conservadora del MOMA--Desde entonces ha sido la Jefe de consevacion del Guggenheim y se ha consolidado como una de las primeras autoridades de la especialidad a nivel mudial. Y si es exacto que estuvo a cargo del embalaje y transporte del Guernica.