viernes, 25 de marzo de 2011

Intercambio de solsticios (153)

Bilbao, 4 de abril de 2003

Querida Lorsen:

Este viernes no hemos tenido pleno, así que después de comer con Quique Gaytán y Enrique Portocarrero en el Marítimo, he recogido a Bècaud –a Gaby le han quitado el yeso y se lo han cambiado por una venda: está bastante torpe, según dice; y tu padre no sabe todavía si le van a operar o no de su hernia.
Ha sido una semana bastante regular, por no decir que francamente mala. Esta noche he dormido fatal, después de una cena que tuve ayer con gente del PSOE y empresarios en la que la unión de puntos de vista ha sido total. Pero concluía con una jornada en la que he sido relegado una vez más por la gente del partido en Vizcaya y por R. C.. Este último había organizado una reunión del Presidente de SEPI sobre Babcock y no me convocó a la misma. Tuve unas palabras con él, con Antón y con Leopoldo, que no supieron darme una sola explicación. Eso me ha puesto en evidencia respecto de la propia SEPI, de la prensa y de los sindicatos. Así que esta mañana he llamado a Jaime Mayor, pero Miren no me ha puesto con él. Ignoro si es que se ha despistado o simplemente que no ha podido –Jaime estará preparando su conferencia para el próximo lunes en el Club Siglo XXI-. En todo caso seguiré insistiendo. C. vuela alto, por eso exuda –y no es una metáfora: sigue estando tan gordo como siempre- tanta decisión. Según Portocarrero le van a hacer Secretario General de Hacienda próximamente, y en el nombramiento ha intervenido el propio Jaime.
Lo cierto es que vuelven a verse cosas raras en el entorno del partido. Cámara controla la adjudicación de unas obras a una empresa afecta al partido que está cargada de deudas –el sólo hecho de mencionarlo le puede suponer la salida de SEPI a un amigo de Acebes-. Alfonso Bereincua me ha contado que C. O. intervino con SEPI para la venta de una filial de Babcock a un grupo que él conoce a cambio de que le dieran una iguala los nuevos propietarios. Esto hiede. ¡Si supieran los concejales de a pie de nuestro partido lo que se cuece por las alturas lo dejarían todo en el primer cuarto de segundo!
El miércoles, en el pleno, tuve cuatro o cinco iniciativas parlamentarias que afectaban al Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azcárraga. Este es un antiguo militante de EA que fue senador o diputado en Madrid y que últimamente trabajaba en el Grupo Mondragón -¡qué casualidad! ¿verdad?- Lo cierto es que mis primeros debates con él fueron bastante acres, pero después de tu marcha se comportó como si fuera un amigo de toda la vida, así que pasamos de la polémica dura a la ironía, que es un terreno que me parece bastante más elegante y parlamentario. Pero en esa sesión, y sin venir para nada a cuento, se lió a sacar recortes de prensa con fotografías de niñas mutiladas por efecto de la guerra de Irak. El follón que se montó en nuestro grupo resultó bastante considerable. El nacionalismo vasco está muy nervioso, parece que incluso más que nosotros que nos vamos a tragar todo el asunto de la guerra en las elecciones.
El lunes vi una película que me había recomendado mi madre. Se llama “Las horas” y está basada en la figura de Virginia Woolf que, al parecer se suicidó ahogándose en las aguas de un profundo río de la campiña inglesa. La imagen me resultó muy dura: Era como verte a ti, dejándote ir esa mañana del 28 de noviembre de 2002.
“Me han robado la vida, vivo en un pueblo que no me gusta y una vida que odio”, observa la protagonista, lo mismo que dirías tú en los últimos años de tu horrible existencia.
“Es necesario que alguien muera para que otros vivan. En el fondo, se trata de un contraste”, dice Meryl Streep en otra escena de la película. No estoy de acuerdo: Cuando muere una persona a la que has querido una parte de ti se va con ella, muere también. Es verdad que quedará siempre el recuerdo, y con él la evocación de los días pasados. Pero el recuerdo no conseguirá nunca perpetuar esa vida. El recuerdo es una semblanza de muerte, es –como decía mi padre de las fotos- “la tumba de un, de unos instantes.
“Todos vivimos para que vivan los demás”, dice también Meryl Streep en otra escena de la película. Y es verdad. Cuando ha terminado una parte de tu vida, cuando parece que no existe justificación autónoma para su continuidad, cuando ya no puedes encontrar la felicidad en tu interior... vives sólo por los demás, por las responsabilidades que asumes respecto de la gente que depende de ti. De Pilar, en mi caso. De la felicidad que ella tiene y que a mí me ha correspondido preservar. De lo contrario ¿qué sentido tendría vivir una vida que se llena sólo de sucesos sin sentido, sin objeto, sin finalidad? Años a la vida y no vida a los años, transcurrir el día a día sabiendo que sólo existe una actividad que te agota. Sabiendo que, cuando llegue el fin de semana, te quedará tu hija –en una visita que muchas veces duele más que conforta- y tu perro al que tienes sometido en un cerrado apartamento de Bilbao.
Las mezquindades de esta semana –ya no las soporto- me empujarían a pedir una licencia de armas con el único objeto de meterme el cañón de la pistola en la garganta y después disparar –una vez que lo tuviera todo bien ordenado: Es una falta de educación dejar tareas pendientes a la gente que no ha tenido ni arte ni parte en el asunto.
Esta vida tampoco me merece la pena. También me la están robando, también vivo en una ciudad en la cual cada rincón acuchilla mi memoria –que diría Jon Juaristi-, una vida que no me gusta –que se encuentra tan restringida de libertad, de salud, de alegría-: que carece en absoluto de felicidad.
Espero que lleguen pronto las vacaciones de Semana Santa y que Huelva –en compañía de tu hermano y tus sobrinas- y Córdoba, me devuelvan algo del oxígeno que ya no respiro durante estos últimos meses.
El fin de semana que viene tengo un plan diferente: Vienen Alfonso Pérez-Brassens, José Areilza y su mujer y una amiga de mi sobrino. Visitaremos Motrico, Chillida-Leku y acabaremos nuestro periplo en Arrechea. Además tengo previsto un viaje relámpago a Hannover de dos días. Ya te contaré. Es posible que vuelva más animado.

Un beso.

1 comentario:

Sake dijo...

Si no soportas la vida ¡suicídate! estás en tu perfecto derecho. Por lo demás no te preocupes asistiremos a tu entierro y te rendiremos honores.
P.D.
D. Fernando ayer descubrir la calle de D.Antonio Maura del que estoy seguro fué familiar suyo.
Un Fuerte Abrazo.