jueves, 19 de febrero de 2009

Era en la semana del 9 de Febrero, en la reunión de un "think tank" que discute periódicamente acerca de la política social y de empleo, y que celebramos unas 3 veces al año en Barcelona. Un grupo heterogéneo de posiciones políticas distintas.
Pedro Claret -este nombre, como los demás es figurado- es un empresario catalán, no catalanista -forma parte de una familia tradicional en la que se piensa que ser catalán es una forma más de ser español-. Es hombre alto y fuerte y viste de chaqueta y pantalón, camisa hecha a la medida -seguramente de Bel- y corbata discreta de tonos azules.
- Esto... -cuando un catalán pronuncia esa palabra sin otro matiz ni referencia se refiere inevitablemente a la situación económica- va mal. Lo estuvimos analizando el otro día en una reunión de empresarios. Los bancos han prestado de más y se han endeudado con el exterior. El dinero que les ha facilitado el Estado se les ha ido en devolver esos préstamos.y ya no hay para las empresas. La economía se ha basado en la construcción. Ahora debemos cambiar de modelo aunque nadie sabe muy bien hacia cuál debemos ir y nadie nos lo dice. Hay demasiado gasto público y lo que se está haciendo es un despilfarro. Demasiadas administraciones y unas autonomías que perjudican la unidad del mercado. Las empresas están soportando demasiados costes y el sistema debería apoyarlas. Habría que reducir el despido y aliviar los costes empresariales, quizás se podría incrementar el IVA, que desaparece con la exportación...
Sinforoso Alcolea ha formado parte de alguna Administración socialista y tiene frescas las estadísticas. Sinforoso es moreno y un mechón rebelde -por lo largo- le cae con frecuencia sobre su ojo derecho.
- La economía española tiene músculo, por ahora. Ha creado mucho empleo en la construcción, pero también en otros sectores y aunque todavía nos encontramos en plena crisis -las demandas de contribuciones sociales han aumentado por encima del 50% en el último año- creo que se podrá aguantar este año y el siguiente. Y espero que los efectos de la crisis se puedan amortiguar a lo largo del próximo año.
Enrique Suberulles fue un alto cargo de SEPI en la Administración del PP. Suberulles tercia a favor de Pedro Claret. Le preocupa que no existe Administración de nivel, que a la que hay se le acumulan los expedientes y que sus responsables están controlados por los sindicatos. Suberulles se refiere a determinados EREs y la importancia que están teniendo sobre la economía.
Antoni Cunell dedica su atención al mundo de la empresa familiar. Cunell no le quita importancia a esos EREs con miles de trabajadores afectados, pero le preocupa más lo que ocurre en las pequeñas empresas:
- Donde más empleo se destruye es en la empresa que tiene 4 trabajadores, por ejemplo -dice-. Cuando se le dice a un administrativo que no se le despide porque haga mal su trabajo, sino porque la empresa ya no tiene dinero para pagarle. Y esto -añade Antoni Cunell- es lo que está destruyendo el 95% del empleo.
Una chica ha venido de París para ilustrarnos acerca de las prácticas francesas en la recolocación de los parados. Allí las cosas tampoco van excesivamente mal, pero tampoco tan mal como en España. Y cuando nos dirigimos al restaurante le digo que tengo la impresión de que casi todo el mundo se refiere a la crisis como de algo externo a ellos, como si no tuvieran que poner algo de su parte para salir de ella. Elaine asiente.
Estamos bloqueados. No sabemos lo que podemos hacer y todavía hay quien piensa que quienes nos gobiernan disponen de ideas. No es el caso de quienes nos reunimos aquel día en Barcelona.

3 comentarios:

Sake dijo...

Osea, que realmente nadie tiene la barita magica, para arreglar la situación económica, y menos que nadie el actual gobierno. Que además de no tener la solución, no pone las condiciones para colaborar, con la oposición y con todos los sectores. Se entretiene buscando escándalos con jueces y ministros y policias, juntos para desprestigiar al contrario. Si no se les puede culpar de no saber arreglar el problema. Se les puede demantar, por sus practicas corruptas basadas en perdidas de tiempo, como niños malos e indecentes. Lo grave, es que no son niños, aunque si indecentes, y en grado sumo.

Ivan dijo...

Hace unos 3 años, en un viaje de trabajo a Finlandia, cuando ya habíamos tratado la parte profesional objeto de mi viaje, mi cliente finlandés tuvo a bien alargar la sobremesa en aquel restaurante de Lahti con un buen whisky para explicarme la historia mas reciente de su país, habida cuenta de mi ignorancia al respecto. Yo antes le había expuesto lo trabajadores, emprendedores e internacionales que éramos los vascos desde los tiempos de Aitor, y me había quedado asombrado de que dicho caballero, al que tengo por viajado y medianamente pulido, no solo no supiera de los éxitos comerciales de MCC a nivel internacional, ni de nuestro pujante sector de maquina-herramienta. Tampoco sabia nada de nuestros logros antaño salando el bacalao y comerciando con el , tan solo había oído hablar del País Vasco relacionado con terrorismo. Una vez pinchado mi globo y al preguntarme él que sabia yo de Finlandia, y admitir yo mi ignorancia, paso a hacerme un breve resumen de la historia de su gélido país.
Finlandia ha sido durante siglos de forma alternante una provincia pobre de Rusia y de Suecia, donde los pocos y dispersos habitantes se limitaban a sobrevivir comiendo arenques del báltico, a pasar un frío pelón en invierno y a ser devorados por mosquitos durante su corto verano, perido en el que tambien lograban sacar algo de rendimiento agrario a la tierra. Era tal su atractivo a nivel paisajístico y social, que era destino de los nobles suecos y rusos desterrados al caer en desgracia en sus respectivas cortes. Básicamente, según mi cliente-amigo, podían darse con un canto en los dientes por haber sobrevivido tantos siglos con tan poco.
Pero un buen año hace relativamente poco, en 1917, tuvieron la suerte de enfrentarse a Rusia en el momento más convulso y débil de esta, y habida cuenta de que nadie daba un rublo por aquellas tierras y que tenían otros problemas más acuciantes, les dieron la independencia con menos trabas de las previstas.

A día de hoy, Finlandia no es el país al que uno anhela viajar para disfrutar de una romería rociera, pero con una población de 5,2 millones de habitantes ha logrado en tan solo 70 años pasar de una economía de casi subsistencia basada en el sector agrario y forestal, a ser uno de los miembros de la UE con mayor renta per capita y niveles de bienestar social. Una economía eminentemente exportadora, con un sistema social envidiable soportado por sectores económicos que aun soportando una tasa impositiva muy alta, ven las ventajas de este sistema y logran réditos empresariales para reinvertir y distribuir entre los accionistas.

Según avanzaba la conversación mi ego de vasco mundano se empequeñecía progresivamente sin apenas darme cuenta, el compañero era ameno, y a pesar de qua hablaba lento y con poco volumen su relato era interesante: quería saber más, descubrir el misterio. Esto - me decía mi cliente y amigo mientras le pegaba pequeños traguitos al Laphroigh, solo fue posible tras un pacto tácito entre todos los agentes sociales en aquella época. No necesitaron físicos quánticos ni grandes estadistas para darse cuenta rápidamente que no disponían de grandes recursos naturales para financiar la construcción del estado (la supremacía de la industria papelera vendría después), el clima era hostil, las infraestructuras normales en otros países se tornaban imposibles por la poca densidad de población en tan vasto territorio. Que hacer pues, ahora que somos libres? Llegaron a la conclusión de que el único capital del que disponían eran sus manos y su intelecto, así como la firme voluntad de salir a delante entre todos para crear un futuro prospero en común. De hecho, no tenían nada que perder, pues nada tenían ! Y se pusieron manos a la obra, desde abajo, creando un sistema de educación elemental moderno, participativo, en el que se incentiva el pensamiento critico del alumno y se premia el esfuerzo individual, sobre todo si consigue que entre todos los alumnos se ayuden entre si para mejorar. Crearon una formación profesional estrechamente ligada al tejido empresarial (menuda osadía, mira que relacionar empresas con la formación profesional! ) durante todo el periodo formativo, y una red de universidades discreta pero estrechamente interconectada entre si y con los centros de investigación. La educación de toda la sociedad fue el objetivo prioritario de los primeros gobiernos, y muchas otras medidas también importantes quedaron supeditadas a la consecución de este objetivo

Hoy en día, al pensar en Finlandia nos viene a la mente la industria de telecomunicaciones con Nokia a la cabeza, y un sin fin de empresa ligadas inevitablemente a la vanguardia tecnológica. Conocemos los móviles por su carácter de producto de masas, pero puedo dar fe que son punteros en muchos otros sectores, tanto con patentes propias como innovando productos y soluciones existentes en el mercado.

Es evidente que ni somos finlandeses ni aspiramos a serlo, una de las grandes grandezas de Europa es su diversidad bajo el paraguas de una historia y valores comunes, pero es bueno darse una cura de humildad y fijarse en aquellos a los que les va mejor para ver si podemos copiar algunas de sus formulas.
Todo este rollo es tan solo para explicar porque considero imprescindible que entre todos, vascos, asturianos , murcianos, etc. españoles todos, pulsemos el botón de pause y pensemos entre todos cual es la realidad de nuestro país, nuestro común denominador, hagamos un diagnostico realista, diseñemos un plan de actuación integral y nos pongamos manos a la obra. Hay crisis, y más que la habrá el año que viene, la pregunta es si conocemos la salida de este mar interior con mar de fondo y bruma, y si somos capaces de remar todos a una para alcanzar la costa.
La empresa es difícil, pero no imposible.
Por descontado vayan por delante, aunque al final, mis disculpas al anfitrion por irrumpir en su espacio ocupando tanto espacio

Carla dijo...

Me gusta mucho tu colección de nombres imaginarios.