Sin esperar a que le invitara a sentarse, Leoncio Cardidal lo hizo en una cómoda butaquita que Sotomenor tenía delante de su mesa de despacho. “Esto es otra cosa que el potro de tortura que tiene Jacobo Martos”, pensó.
- ¿Qué pasa? –preguntó con su laconismo habitual su interlocutor.
- Te supongo al corriente de lo que está sucediendo en la Junta de Distrito –dijo Cardidal para evitar una explicación más pormenorizada en el caso de que esta no fuera necesaria.
- Bueno. El servicio de orden ya me ha contado la movida de la reunión…
- Pero lo que no sabes es lo que ha ocurrido en la reunión que he tenido con Martos –continuó el Consejero de Interior.
- También lo sé –afirmó con desgana Sotomenor.
Leoncio Cardidal le contempló atónito.
- ¡No me digas que le has puesto micrófonos!
- Es mi obligación. Tengo que saber lo que pasa –contestó con aplomo Sotomenor.
Bueno. Ahora tenemos que establecer una estrategia –anunció Cardidal un tanto desconcertado.
- Sí. Hay que evitar la convocatoria de la próxima Junta –resumió Sotomenor.
- Eso me preocupa menos –dijo Cardidal-. Lo que tenemos que suspender es la asamblea de distrito.
Sotomenor negó con displicencia moviendo la cabeza.
- ¿No te das cuenta de que es la Junta la que convoca a la asamblea? Lo que tenemos que hacer es desconvocar la Junta.
Habían sido dos las tentativas de Cardidal por tomar el control de la conversación, las dos carentes de éxito. Rendido a la evidencia sólo pudo formular una pregunta.
- ¿Y cómo lo hacemos?
- Acabo de preparer un decreto de estado de emergencia por causa de la posible epidemia de peste en el barrio –explicó-. Toda la actividad política queda suspendida hasta nueva orden y en ausencia de órganos de dirección de distrito la máxima autoridad la tenéis el Consejero de Sanidad y tú.
- Matritense… -comentó casi para sus adentros Cardidal.
- Santiago Matritense, sí –respondió Sotomenor-. En un par de semanas la cuestión será sólo de orden público. Ese chalado de Matritense habrá fracasado y tú te quedarás con todo el poder.
- ¿Y si no es así? Matritense es un demagogo.
Sotomenor volvía a negar con gesto de desprecio.
- No tiene medios. Esta crisis le va a superar. Cuestión de tiempo.
Cardidal pasaba de la sorpresa a un cierto ensimismamiento.
- ¿Qué haría yo sin ti? –dijo por fin.
- Cagarla, seguramente –respondió Sotomenor dibujando en su rostro una sardónica sonrisa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Si olvidas lo correcto y lo que sabes que se debe hacer daras rienda suelta a tu egoismo a tus bajos instintos y entonces ya no seras nada.
Publicar un comentario