miércoles, 9 de marzo de 2011

Intercambio de solsticios (143)

Jorge Brassens tomaba un vaso de agua helada que le devolvía la consciencia de los acontecimientos. Cual bálsamo de Fierabrás, el líquido ingerido parecía curarle de todos sus males.
- Tengo que levantarme, Vic. Es del todo punto necesario.
Su mujer acudió a su lado como impulsada por un resorte.
- Tú no te mueves de aquí por nada del mundo. Vamos. ¿Dónde tengo que firmar?
Iba a tener una resistencia poco menos que numantina, así que Brassens prefirió negociar, como acostumbraba.
- Pues no sé. Díle a alguien que venga aquí, a Juanito, por ejemplo. Me tiene que hacer una gestión.
- ¿Qué gestión?
- Si no me equivoco, y como conozco a esa gente, no creo que me confunda demasiado, está en marcha una verdadera asonada en Chamartín y hay que pararla –explicaría Jorge.
- ¿Y a ti qué te importa? –preguntaría Vic Suarez-. Ya te tengo dicho que eso de la política no arregla nada…
- Es algo previo a la política, ¿no lo entiendes? Si esa gente trunca el proceso pre-democrático que estamos viviendo, estamos acabados.
- Bueno. Tal y como están las cosas no sé si eso importa demasiado.
- Son implacables, Vic. Vendrán a por nosotros. Aniquilarán todo resto posible de oposición.
- ¿Tú crees? –preguntó su mujer algo más dubitativa.
- Es como la película “Solo ante el peligro, ¿te acuerdas?
Vic Suarez cabeceaba afirmativamente.
- Gary Cooper no tiene ninguna gana de enfrentarse con los malhechores porque sabe que tiene muy pocas posibilidades de vencerles. Y todos los que le aprecian le sugieren que ponga tierra de por medio. Pero él sabe que no se podrá esconder definitivamente, que tendrá que huir y ocultarse durante todo el resto de su vida. De modo que decide hacerles frente.
- ¿Y qué sugieres?
- Pedir ayuda.
- ¿Y quién te va ayudar? ¿No me dirás que va a ser Jacobo Martos?
- No. Martos no sabe cómo resolver ese tipo de problemas. Es un político democristiano de esos: sabe muy bien lo de dar una patada para arriba o a los lados, pero es incapaz de enfrentarse a un golpe de estado.
- ¿Entonces?
- Me estaba refiriendo a Cristino Romerales. Ya sabes. Lo traté mucho en la época del Partido del Progreso.
- Por supuesto que me acuerdo. ¿No estaba ahora en la Junta de Chamberí?
- Sí –contestó Brassens-. ¿Y sabes de qué se ocupa allí?
- Si no me lo dices…
- Es el Consejero de Interior del Distrito. Y creo que tiene una policía bien adiestrada y competente. Y no tan corrupta como la nuestra.

1 comentario:

Sake dijo...

Sabes una cosa, yo no puedo irme porque ya nunca volveria a respetarme y antes de que vengan a por mi prefiero adelantarme a ellos, ésa diferencia puede ser fundamental.