jueves, 23 de agosto de 2012

Intercambio de solsticios (429)

Dos manos Pudo ser una noche funesta, Como cumpliendo con un rito -Artificialmente, Sin poner en eso Ninguna pasión, Ajeno además al cariño Que ponemos en esas ocasiones- Coloqué mi mano sobre la tuya Mientras que dirigía Mi corta mirada Hacia la pista de baile Y tú no moviste Siquiera un músculo. Entonces retiré mi mano Y te hablé de política -De una cosa cualquiera, Por lo tanto. ¿Cuánto tiempo pasó Hasta que, de repente, Te llamaba todas las noches Y te mandaba mensajes por la mañana? ¿Dos años Que transcurrían A la distancia De dos amigos Que pueden ver pasar Más de 400 horas Sin llamarse, Y apenas se recuerdan? Pero aún no tenía tu permiso Para esta serenata De llamadas Y mensajes Y te lo pedí. Estábamos Sentados en tu coche Junto a la casa de mi hermano. Te alegraste de la pregunta Y me ofreciste tu consentimiento. Entonces yo te apreté La mano Con la alegría Del que no se siente Rechazado, Quizás. Cerraste un poco tus dedos, Y en la oscuridad de la noche Tal vez Me ofrecieras La más cariñosa De tus sonrisas. Bilbao, febrero de 2.008

1 comentario:

Sake dijo...

Bonito escrito D.Fernando, muy bonito y emocionante.
Gracias por escribirlo.