jueves, 9 de agosto de 2012

Intercambio de solsticios (420)

La jefa médica de la unidad en la que se encuentra Pilar ha recibido una solicitud para que informe acerca de los casos crónicos que se encuentran bajo su jurisdicción. Osakidetza está intentando reducir gastos, y los de una niña ocupando una cama permanente en una Unidad de Cuidados Intensivos supongo que debe salirle una pasta a la seguridad social vasca. De hecho, esos casos apenas se producen en otros países. Cuando Pilar cumplió –más o menos- tres años quisimos hacer un contraste de su situación con otro hospital. Mi suegro conocía a un médico jefe en una clínica suiza de prestigio. Habían sido amigos desde su juventud. Así que hablamos con el personal que llevaba a Pilar y les pedimos que hicieran un informe para que lo vieran en Suiza. Y la verdad es que no sólo les pareció lógico lo que pedíamos sino que colaboraron ampliamente. Les facilitaron una copia de su evolución médica, pusieron por escrito lo que les parecía y se llegaron hasta a poner delante de unos aparatos de vídeo caseros para explicar en mejor o peor inglés su impresión sobre la niña. La respuesta del doctor alemán resultó ilustrativa. En Suiza no hay situaciones similares. Cuando un niño nace en esas condiciones, lo llevan a la casa de sus padres, allí instalan un aparato respirador similar al del hospital, les dan una pequeña instrucción de su funcionamiento a quienes vayan a responsabilizarse del mismo y –de vez en cuando- aparece por ahí una enfermera. Claro, en muy poco tiempo sobreviene una disfunción, una crisis grave, una infección.... y entonces no se llega a tiempo. Al niño le meten en una caja de pino blanca, se retiran los artilugios médicos y se acabó el asunto. En España todavía funciona algo más la humanidad. Es verdad que somos críticos –a veces, extraordinariamente- con los servicios públicos, también con la sanidad, aunque este último concepto haya variado mucho con el paso del tiempo. Hemos mejorado en calidad, pero aún no hemos perdido en sensibilidad. Claro que –a fuerza de mejorar- el sistema se hace cada vez más objeto de solicitud por parte de los usuarios,, muchos de ellos gente mayor y que demanda sus servicios con asiduidad. La calidad cuesta cada vez más dinero y las cuentas públicas resultan inexorables. Se controla hasta el último euro y los informes vuelan de aquí para allá intentando controlar el gasto. Una vez más, el fantasma de Górliz aletea sobre nuestras cabezas. La soledad de ese establecimiento, la tristeza de sus moradores-pacientes, la escasa atención que allí se les proporciona... Pero la médico-jefe ha redactado el informe más favorable para los intereses de Pilar, para su calidad de vida, en lo que le pueda restar en esta tierra. Y cuando escribo estas líneas sólo quiero que la sonrisa de Pilar siga presidiendo esa habitación de la UCI de Cruces, en la que se ha convertido en una persona -¿un personaje, quizás?- más. Alfonso Pérez-Brassens. Madrid 8.VII.02 Querida prima Pilar: A través de tu padre, Jorge, que es persona ecuánime, y de tu impresionante madre; sé muchas cosas de ti, desde hace tiempo. Es una pena que no nos conozcamos todavía, pero ya habrá tiempo porque vives en una tierra admirable muy cercana a Santander de donde fue parte de mi familia. Me ha encantado tu recordatorio de tu Primera Comunión. Yo, aunque ahora no se lleve, soy un creyente convencido y te puedes imaginar que no comprendo el mundo sino es desde esa perspectiva, y cuando, como esta temporada, las convicciones religiosas son un importantísimo apoyo. Te animo a que lo vayas viendo así, si puedes, poco a poco. Me gustaría saber más de ti. ¿Qué tipo de películas te gustan? Si ves alguna en especial, ¿Qué aficiones tienes en tus lecturas?, .... En fin, ya estaremos en contacto escrito de vez en cuando. Piensa que tienes unos padres fuera de serie y, por eso, hemos tenido la suerte de conocernos. Ánimo con tu durísima LUCHA DIARIA. Piensa que nuestra familia tiene una fuerza suficiente para dar y plantar cara a lo difícil; y acuérdate del lema de nuestra familia: “POR MÍ NO QUEDARÁ”. Un fortísimo abrazo. Alfonso Pérez-Brassens

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