jueves, 24 de febrero de 2011

39 Congreso del Partido Radical (y 3)

- Emma Bonino hablará a las 6 –anunciaba Marco Perduca. Y se trataba de una intervención esperada. Además, Emma no nos iba a defraudar.

La senadora italiana me recuerda algo a esa otra vibrante mujer que es Rosa Díez. Aparentemente frágiles, las dos tienen una fortaleza interior que se diría suficiente para acometer las más improbables empresas.

La crisis financiera ha puesto en evidencia la crisis del proyecto europeo –empezaría diciendo-. Una crisis que ya estaba en marcha, una crisis política.

Una de las expresiones de esa crisis ha sido la emergencia de determinados países. Una emergencia que no es sólo económica, sino política, y que lamentablemente está basada en la no ingerencia.

La explosión que se está viviendo en los países árabes no se cierra. Hay esperanza, pero también hay preocupación.

La aspiración a un Estado de Derecho es universal. Lo contrario: para nosotros sí, para ellos no, es una expresión cuasi racista.

Está cayendo la excepción árabe, no sé por cuánto tiempo durará la excepción asiática.

Citaría Bonnino una frase que ella había oído a lo largo del Congreso: “Por favor, usad de vuestra libertad para promover la nuestra”.

Algunos países del este están sufriendo procesos de involución. Se trata de otro fracaso para Europa.

En política internacional, los países occidentales han tenido dos criterios: el intercambio comercial y la política geoestratégica. No han tenido en cuenta los derechos civiles y políticos.

Ha sido la fascinación por el “hombre fuerte”, por las instituciones fuertes.

Más recientemente, bastaba con ser anti-islamista para ser un buen aliado. Estudiábamos los regímenes, no a los pueblos.

Es preciso establecer una política de diálogo firme –los embargos de nada sirven, siempre hay quien se los salta-, una política que Occidente no ha practicado nunca.

La fuerza de la democracia es esa, reconocer los errores y corregirlos.

Unas elecciones rápidas –Egipto y Túnez- no son necesariamente unas elecciones libres, si antes no se construyen instituciones democráticas básicas.

La involución democrática en Italia no se debe sólo a Berlusconi, viene de lejos. No basta con liberarse de él.

Es necesaria una verdadera alternativa democrática.

Una clase política que persiste en liberarse del adversario por medios judiciales y no por medios políticos, lo dice todo sobre ella misma.

Refrenda –Bonino- la originalidad de su proyecto: un proyecto que gasta sus energías en promover los derechos de otros países.

Hemos pasado de ciudadanos, a pueblos, de pueblos a audiencia, de audiencia a plebe –terminaría diciendo.

1 comentario:

Sake dijo...

Mira hay una cosa clara, todos los humanos nos movemos en una dirección, la dirección de la mejora en sistemas y entendimiento. Hay vueltas atrás y resistencias pero al fina vence la razón y el entendimiento en libertad.