lunes, 16 de mayo de 2011

Intercambio de solsticios (180)

Bilbao, 26 de mayo de 2003.

Querida Lorsen:

Te escribo después de las elecciones municipales y a Juntas Generales. En el conjunto de España han resultado bien –quizás, excepto en la Comunidad Autónoma de Madrid, donde Esperanza Aguirre, tu “super-Esperanza”, no ha conseguido revalidar la mayoría absoluta de Ruiz Gallardón, y se ha quedado a un escaño de la suma PSOE-IU-. Se ha vuelto a obtener el gobierno de Baleares –lo que tiene, como sabes, una significación histórica para mi apellido, que de algún modo fue el tuyo-. El que se ha pegado una buena torta ha sido el hijo de Suárez. La mayoría de las capitales de provincia y las comunidades que gobernábamos las mantenemos. Así que la cosa no ha ido del todo mal, después del hundimiento del “Prestige” y de la colaboración de Aznar en la guerra contra Irak. En la foto del balcón –esa con la que siempre especulan los comentaristas- no salía Rajoy y sí Rato y Ruiz Gallardón –además, claro, de Ana Botella-. Ahora se habla mucho del nuevo alcalde de Madrid para sustituir a Aznar. Después del resultado obtenido parece evidente que será el actual presidente quien señale sin dificultad a su sucesor.
En el País Vasco ha sido otra cosa. Álava y Vitoria se mantendrán en manos constitucionalistas –aunque alguna de las dos instituciones pasará al PSOE, seguramente la Diputación: Alonso ha sido el candidato más votado para la alcaldía-. Pero los votos de los batasunos han volado hacia el PNV e IU. El descalabro ha sido imponente –de acuerdo con las expectativas- en Bilbao –el PNV ha pasado de 9 a 13 e IU de 1 a 3; nosotros sólo nos hemos mantenido. Marisa no ha conseguido la alcaldía, a pesar de Zarraoa, aunque la distancia entre los constitucionalistas y los nacionalistas ha descendido en un concejal –eran necesarios dos-. De modo que no podemos presentar a nuestro electorado nada más que una nueva versión del “sangre, sudor, fatiga y lágrimas”, que decía Churchill a los ciudadanos británicos en la segunda guerra mundial.
Yo tampoco he salido concejal en Eibar, lo que no me asusta particularmente. Mi actitud –como puedes suponer- era sincera, pero eso me ofrece más oportunidades para seguir trabajando en mis cosas.
Cada vez estoy más convencido de que es necesario ir a un club político en el que quepan lo más sano del socialismo, del PP y del nacionalismo vasco. Lo he hablado con algunos –Nico Redondo, entre ellos- y están plenamente de acuerdo.
En Arrechea ya no ha habido dos candidaturas: Dufur lo ha dejado y Josepe también. La única lista era la de Cilveti, que es un buen tío.
En otro orden de cosas, me he enfadado mucho con mi hermana Eugenia. Pretendía ella que fuéramos juntos a ver a Pilar, “porque la niña quiere decirte algo, y se siente más cómoda cuando yo estoy presente”. Por supuesto que le dije que no, que yo voy solo a ver a mi hija.
Hoy he hablado con Teresa y le he dicho que es muy posible que Pilar y yo tengamos dificultades de integración en lo personal, y que eso afecte a nuestra comunicación. No en vano ella me recuerda a ti y es lógico que yo también lleve prendida tu imagen, cuando la visito. Pero no puedo aceptar que se las dé de madrecita nueva de la niña –por cierto, le escribe postales firmando: “tu madrina”-. Te confieso que he estado en un tris de prohibirle la entrada en la UCI, pero quiero pensar antes que en nadie en Pilar y no en las suma innumerable de puñeterías que me ha hecho –y a ti- a lo largo de su torpe vida. Tiene una oportunidad, pero que no la malgaste, porque no tendrá más. Al fin y al cabo apenas se había presentado ella en Cruces antes de que tú te marcharas. ¿Quién sabe si su entusiasmo por nuestra hija sea también flor de un día, dada su inveterada inconstancia?
Ahora me acaba de llamar pidiendo perdón. He aceptado sus disculpas, como no podía ser menos.
Por lo demás, el lunes me quise vestir de camiseta del capitán Haddock para un desembarco por la libertad organizado porBasta Ya, que salió bastante mal –y no sólo por el tiempo que hizo, que resultó sólo regular-, sino por la improvisación. El “mailing” que se distribuyó a continuación –aparte de que se trataba de un folleto un tanto denso- también ha sido un fracaso: No ha llegado.
Leopoldo-and-company –gracias a Cristinita- le han machacado materialmente a Marisa por su campaña de acercamiento al PSOE. No hubiera estado mal si el PSOE estuviera en un concejal más de lo que ha obtenido: Tendríamos la mayoría absoluta. Pero los nuestros impidieron la presencia de gente del partido en un acto convocado por la Fundación para la Libertad a favor de Gotzone Mora –una profesora del PSOE, a la que han atacado desde el “Gara” por no aprobar a los presos etarras que cursan estudios en la UPV-. Ni Pilar Aresti asistió. Yo sí. En estos momentos empiezo a estar de vuelta de bastantes cosas.
El viernes me estrené como candidato a concejal por Eibar. Di un paseo electoral que me volvió a poner en contacto con la cruel realidad de nuestro país: Al número cinco, un conductor de camión que se llama Valeriano, le han puesto una bala dentro de un sobre y se la han dejado en el buzón de su casa. El pobre hombre no sabía qué hacer, y nos preguntaba a otros compañeros del partido qué le podía contar a su mujer. Tiene un contrato temporal y su jefe es nacionalista, seguramente perderá su empleo. La chica que tomaba un café con los dos era concejala del partido en Zumárraga: Le han quemado una tienda de antigüedades que tiene en ese pueblo. Cada historia personal es un drama en nuestra tierra vasca.
Luego cené con tu padre y tu hermano en el Marítimo. Enrique había venido a Bilbao para asistir al funeral de una tía de Patricia.
El sábado tuve una comida muy simpática en Meruelo –Cantabria- en la casa de Ricardo González-Orús –exConsejero de Industria del Gobierno Vasco- y a la que asistieron Nico Redondo, su mujer y su hija adoptiva; Iñaki Viar y Chelo Aparicio; Santiago González y Carmen, su mujer; Javier Corcuera y Yolanda; Juan Olabarría –que es otro profesor de la UPV-; el juez Juan Luis Ibarra; el economista Roberto Velasco y su mujer y otros. Lo pasamos muy bien. Hasta casi las nueve de la noche no estaba en casa.
Y este es el resumen de esta semana. Probablemente tardaré en escribirte porque voy a pasar unos días con mi amigo Eloy García en Cuba. Quiero conocer lo que hay de ese país antes de que se muera Fidel y los americanos conviertan sus ruinas en edificios horteras, tipo Torremolinos.

Hasta entonces, un beso. Y, a pesar de que cambié tu vela habitual por una verde para la esperanza en el día de ayer la cosa no funcionó... O quizás sí. ¿No se dice que esa es la cualidad que nunca se pierde?

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