Zamora y la maleta magenta

Llegados a Zamora -esta vez sin que Marie-France nos proporcionara su inestimable desinformación-, pero el conserje del hotel nos dijo que no existía reserva. Una vez en la habitación me dicen que ha debido ser un error del establecimiento. Una hora más tarde se aclara todo y el conserje de turno me pide disculpas.
El siguiente día -sábado- daba comienzo con un paseo por la ciudad. Las previsiones pre-electorales de la jornada consistían en un par de recorridos electorales y un encuentro con la prensa.
Victoria y yo caminamos, arriba y abajo, la calle principal. En un extremo de ella la catedral -se cobra por entrar-, el parador -Eloy García me llama cuando estamos enfrente de ella y pasamos a verla en previsión de la dificultad de hacerlo más tarde.
Comemos con la reducida "Guardia de Korps" zamorana que comanda José Luis Díez. Y lo hacemos frente a la floristería de Miguel, que ha puesto un "banner" de UPyD junto a la entrada de su comercio.
El restaurante nos ofrece que almorcemos dentro del local, pero hace un mediodía primaveral y lo hacemos en la plazoleta exterior. A los postres alguien empieza a contar chistes de vascos y la mesa de al lado -una pareja- se suma. Luego hablamos de política. Según ella él es un pijo del PP, y él alaba a Rosa Díez.
Un maletín magenta -fucsia?- que se han comprado los upeyderos zamoranos para introducir los periódicos y el material de "agit-prop" constituye el objeto de nuestra atención. Repartimos por el centro y nos dirigimos hacia el punto donde está prevista nuestra rueda de prensa callejera, pero no hay nadie.
Un autobús nos conduce a una feria de productos alimenticios, donde se acaban nuestras provisiones literario-políticas. Un vendedor me asegura que un político debe haber sido previamente un buen padre de familia y que su modelo era Julio Anguita. Unos policías locales nos miran con malos ojos: el territorio PP también se revuelve contra nosotros, UPyD es su mala noticia para estas elecciones.