lunes, 29 de junio de 2009

¿Una jornada de reflexión como otra cualquiera?

Esa mañana abro el comedor para desayunar en el hotel´: son las 6´55. Cuando estoy a punto de levantarme aparece Paco Sosa con un periódico en la mano y se queja de la escasa columna que nos dedican.
Tomo un taxi al lado del hotel. Amable -pero torpe- el conductor me deposita en la terminal equivocada. Con la lengua fuera llego a la cola correspondiente y saco mi tarjeta de embarque. Faltan 20 minutos para que salga el avión.
Una voz me llama. Es Rosa Díez y está en otra cola, que avanza con más lentitud que lo ha hecho la mía. Le guardo su puesto en el mostrador de facturación y ella se pone en la cola que acabo de dejar, que sigue siendo más rápida
El control de metales del aeropuerto de Barcelona es muy lento. Rosa pasa -y yo voy detrás- a una indicación del agente de la Guardia Civil. "En realidad, nunca uso la sala de autoridades", me explica.
Esperamos al embarque. Sin que todavía se haya anunciado ya se está montando la fila correspondiente. Comentamos diversas circunstancias vividas y nos ponemos de acuerdo en la necesidad de plantear las jornadas de campaña de manera prudente: primar el descanso y retirarse pronto.
Aparece Paco Sosa, que va a tomar el avión para León. Comenta que "El Mundo" no ha pedido el voto para UPyD.
Cuando llego a Bilbao Rosa ya ha desaparecido. "El domingo estaré de 7 y cuarto a 7 y media en el hotel", me decía en el Prat.
Por la tarde me acerco al "bar de Zampa", en Getxo. Hablamos de Guinea y de Obiang -su familia fue espoliada por Macías- y de las europeas.

1 comentario:

Sake dijo...

Es fundamental dar importancia al descanso, quizás la frase "visteme despacio que tengo prisa", quiera decirnos algo de éso. Si se quiere sacar partido de algo, si se desea hacer algo bien, es muy importante estar descansado y con todas las facultades, ¡el que las tenga claro!, lo que no tenemos ésas facultades nos da igual.