jueves, 28 de julio de 2011

Intercambio de solsticios (220)

- La siguiente escena tuvo lugar en la casa de Salvador de Vicente –explicaría el señor equis en tanto que su interlocutor levantaba la mano hacia el camarero del establecimiento para abonar la consumición: habían decidido proseguir con la historia dando un paseo.
- ¿Y cuál fue la reacción de este? –preguntaría Brassens.
- Bueno. A Leonardo Jiménez no le gustó demasiado. Esperaba una conformidad inmediata por parte de su primo… Pero te lo voy a explicar con todo detalle.
Pagada la cuenta, los dos amigos saldrían de la cafetería en dirección a la avenida del Príncipe de Vergara. Un frío de cierta intensidad acogía sus primeros pasos.
- Salvador y Leonardo se encerraron en una salita mínima que el primero tenía en su casa. Nada más que un sofá y una mesa sobre la que había un ordenador –informaría equis-. Leonardo le comentó su entrevista con su común primo Pablo De Vicente. Salvador escuchaba atentamente, pero no hizo ningún comentario. Después, Leonardo le explicaría que su hermano Raúl y él habían tomado la decisión de encargar el asunto a un detective…
- ¿Le pareció bien eso? –preguntó Brassens.
- A Leonardo le dio la impresión de que sí. No de una manera ciertamente expresiva, desde luego –contestaría equis-. Pero lo que dijo resultaba evidente.
- ¿Y qué le dijo exactamente?
- - “Todo lo que hagáis estará bien hecho”. Esas fueron sus palabras –dijo equis.
- - Bueno. ¿Y qué más esperaba Leonardo? ¡Si eso era un espaldarazo en toda regla!
- Bien. No vamos a avanzar tanto, por lo menos de momento –señaló equis-. Leonardo le indicaría a continuación que el siguiente paso que deberían dar sería una reunión a cuatro en la que estuvieran presentes ellos dos, o sea, Salvador y Leonardo, más Raúl y Francisco De Vicente, el hermano mayor de la familia de Salvador.
- Es un poco lío –comentó Brassens, como quien pide una recapitulación de los personajes.
- Vale. Hagamos un pequeño resumen –aceptaba equis-. Salvador de Vicente explica a su primo Leonardo Jiménez que se está produciendo una situación rara en casa de su tío común Juan Carlos de Vicente y que todo apunta a que la responsable sea la secretaria de este. Leonardo lo habla con su hermano Raúl con la idea de montar una reunión de las tres ramas de la familia de Vicente y ponerse de acuerdo en la investigación del asunto. Pero cuando Leonardo habla con Pablo de Vicente, este le responde en muy mal plan, de modo que deduce que esa rama de la familia tiene algo que ver con el asunto. Lo comenta con Raúl y deciden hablar con un detective de la confianza de este para que siga a la secretaria. Llegados a este punto solo pueden contar con las dos restantes ramas de la familia y por eso piensan que es bueno que Salvador cuente con la cobertura de su hermano mayor y que los cuatro analicen la situación sobre la base de lo que diga el detective.
- ¿Y ahí se acaba todo… vamos, al menos por el momento? –preguntaba Brassens.
- Quedaba loa gestión con Carmen Jiménez, la hermana de Raúl y Leonardo… ese es el siguiente capítulo de la historia.

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