lunes, 8 de febrero de 2010

Intercambio de solsticios (57)

Historia de Adelfa (7)

El testimonio seguía diciendo:

Bueno (…) hasta los 4 años, de vida normal, espiritualmente. Hasta los cuatro años seguía siendo normal. Pero, a partir de los 4 años (…) pues, malviviendo, como mártir en el calvario. Entonces, según (…) empecé a ver gente, pero que según yo, no tenía (…) Entonces, empezó siendo una broma. La cual me llevó, diríamos, a una enfermedad más amplia. Nació un bebé, y mi madre me llevó, y yo decía: “Ese bebé va a morir dentro de 4 horas”. Y eso ocurría. Entonces, mi madre (…) en ese campo (…) pues mucho miedo. Porque, la gente del pueblo, ya no hablaban, decían que yo era la maldición. Cuando yo decía algo, pues ocurría (…) Desde luego que (…) Dijo que, para más motivos, pues no me quería (…) una enfermedad (…) hasta el extremo de decir yo (…) que venía a recogerme (…) y que, cuando transcurrió esa enfermedad, tan lenta, pero perjudicial. Entonces me llevaban, pues a miles de sitios, como había dicho en la otra cinta, para curarme. Y, según algunos sitios, decía que yo había nacido antes, que yo había regresado, y que yo era un ser que no era de esa tierra, de ese planeta, y cosas de estas (…) Decir “ovnis” no tiene influencia, pero si la tuviera, sí que lo diría. Porque no tenía ni explicación, una chica que no había visto un avión, nunca había visto un helicóptero, supiera que hay algo que suele bajar y que suele volar (…)
A partir de ahí, pues, yo me quedé en ese rincón de la casa, viendo todo lo que pasaba, comentándolo a todo el mundo. Si yo veía algo malo, lo decía (…) me taparon esa visión. Y, como era muy difícil curarme, porque en Guinea, como es muy difícil curar esas enfermedades, porque eran enfermedades espirituales, me llevó mi madre a una curandera. Esa curandera, curaba como (…) enfermedades (…) tenían muchos nombres. Se pueden llamar (…) nombres que significan cada uno múltiples cosas, las enfermedades espirituales curadas por las mujeres, y el “butí” (?) era, y sigue siendo, ¿eh?, enfermedades espirituales, pero, y algo más, algo más significaba que era curanderismo y al mismo tiempo (…) la cabeza (…) por eso mismo (…) ¿qué pasa? (…) hablaron con mi hermana. Empiezo a ir a clase, normal y corriente, y un día vuelve a la carga mi enfermedad, porque normalmente yo, personalmente, no me acordaba de lo que me había pasado 2 años atrás, porque habían pasado ya (…) como 6 años después. Entonces pasó que (…) a clase, una mañana, y un profesor de religión estaba hablando precisamente de las enfermedades espirituales. Entonces, cuando pasó eso, hubo algo en mí que (…) la crítica del profesor. Entonces, me quedé como inválida, yo no podía moverme (…) inmóvil (…) En ese caso, pues me llevan al médico. Y el médico (…) Por cierto. Pero, me mandan a curanderos tradicionales. Bueno, y cuando me mandan al curandero tradicional, llegamos ahí, y el curandero dice: “(…)” Pues el silencio que habían guardado hasta ese momento (?) Tienen que llevarme ya, para que arreglen ese problema, y si no, va a pasar algo peor de lo que les había pasado aquel día. Y mi hermana (…) problema, ya me manda a Guinea. Y el día que salí en Libreville mi hermana me dio dinero para que yo viera a mi madre y para que me hagan el tratamiento.

1 comentario:

Sake dijo...

¡Oh el círculo mágico!, si por casualidad no te entienden o no entienden lo que ocurre buscan un chivo espiatorio. Y puede suceder que digan que tú estás loco, y todos los que te rodean al no entender llaman locura a lo que dices. Y el círculo mágico se va cerrando hasta que al final te rindes y dices ¿Realmente hay algo que merezca la pena?, te retiras y pereces en tú rincón.