lunes, 6 de julio de 2009

Intercambio de solsticios (15)

Les estaban esperando. A ellos o a cualquier otro incauto vehículo que se atreviera a circular por un paraje deshabitado como aquel y cuando las luces del día mudaban sus claros ropajes en vestidos oscuros de rigurosa noche.
La verdad era que se habían demorado por más tiempo del que preveían cuando se decidieron a emprender esa excursión que ahora podía tener un final no previsto por ellos. Les habían podido las caricias y los recuerdos de aquella primera vez en que contemplaban el lago y se hacían cábalas sobre su amor. ¿Fue en el segundo o el tercero de los 8 días de oro?, en todo caso, en el viejo y renqueante ordenador personal que ya nadie arreglaría existía un fichero en el que Jorge Brassens le contaba a Vic Suarez la historia del arranque de su amor; les había podido el calor de aquella tarde y la distancia con el barrio-ciudad de Chamartín, donde lo único que funcionaba razonablemente bien eran los comités de autodefensa.
¡Y lo bien que les hubieran venido ahora esas fuerzas para-policiales!
La imagen del todo-terreno se agrandaba cada vez más en el reducido espacio del espejo retrovisor. El coche de quienes les seguían estaba acortando distancias. Era lógico, pese a la pericia de Vic, el estado de la carretera se podía considerar poco menos que calamitoso; los baches y desniveles del terreno amenazaban con tragarse el Volkswagen que ella conducía y -para más inri- la mezcla de la gasolina que usaban como combustible era más que pobre en octanaje. Sus perseguidores, en cambio, podían adaptarse con facilidad a las dificultades del terreno: los 4x4 estaban hechos para aquellos tiempos de crisis, aunque su gasto de gasolina fuera exagerado; daba igual, casi siempre los usaban forajidos, verdaderos expertos del trueque en el mercado negro o en el atraco sin contemplaciones.
- No sé qué hacer -mascullaría Vic-. Se nos están aproximando.
Jorge Brassens sujetó con fuerza el Smith&Wesson que ocultaba debajo de su toalla de baño, sintiendo muy pronto que ese gesto tenía una extraña condición de inutilidad.
- ¿Cuántos son? -preguntó él.
- Creo que el coche va lleno -contestó ella-. Pero no saben cuántos somos.
En efecto, el coche de Vic Suarez tenía las lunas posteriores tintadas. Cuando lo compró, de segunda mano, alguien le dijo que podían resultar útiles para el caso de robo de algún objeto depositado en la parte de atrás. Y para este supuesto también, aunque ella nunca lo hubiera imaginado.
Les cegaban las luces largas que tenía puestas el todo-terreno y el Volkswagen amenazaba con quedarse tragado en el abismo de cualquier socavón. Vic Suarez no sabía si eso era mejor que el inmediato encuentro con aquellos sujetos.
- N-no sé qué hacer, Jorge -tartamudeaba ella.
Él se la quedó mirando. Nunca se dirigía a él utilizando su nombre de pila. Estaba aterrorizada.
- ¡Dí algo!
- Da media vuelta y haz como que les vas a embestir -explico Jorge Brassens con la misma naturalidad del que se toma un tinto de verano en cualquier lugar del Mediterráneo y en plena canícula.
Vic Suarez observó a su novio durante una fracción de segundo,
- ¡Agárrate! -exclamó,

3 comentarios:

Antonio Valcárcel dijo...

Estimado Fernando:

Interesante lo que puede ser parte de una clásica novela de persecución. Para persecución y falta de libertad la que alegan algunos compañeros de UPyD de Utrera (Sevilla)...
¿Que pasa con Mikel Buesa?, parece que quiere publicar en estos días una novela acerca de las finanzas de ETA. Todo va de novela en nuestro partido, falta escribir el epílogo, un epílogo quizás lleno de centrales nucleares en contraposición de los naturistas y gentes que rechazamos riegos mortales..., en los residuos que genera e intrínsecamente por su potencialidad destructora en caso de avería. Y además, pora los bolsilos de la mayoría de los ciudadanos es una energías caras. Cada día sube más los amperios que equivalen a intensidad.
¿Como se pueden defender posiciones pro nuclear desde una mujer de hierro que se jacta de izquierdas? Quizás somos muchos de UPyD que repudiamos tales proyectos: La Garoña actual está vieja, pero, según los técnicos con un buen análisis en sus parámetros de funcionalidad, pero es vieja. Y GAROÑA II que se la lleve el diablo o Dios. Pero que no nazca y, aquí es cuando verdaderamente se puede ser abortista de centrales nucleares; porque se defiende el riego que pudiera acaecer contra la integridad de las personas.
Y en medio de tanto fragor de dimisiones, los más inteligentes del Partido de Rosa Díez comienzan a escribir novelas.

Sake dijo...

Una persecución en desventaja, una pareja acosada. No tiene algo que ver con UPyD en éstos momentos. ¿Que tiene más peligro una Central Nuclear o ésa persecución?. Si UPyD pierde a sus mejores, si se pierde en una fatricida Guerra Civil, seria una pena ¡todo por el precipicio! y se acabo. Quizás lo mejor que se pueda hacer es lo del relato "dar media vuelta y enfrentar el Todoterreno", es la mejor y más valiente opción,¿quien dijo que las novelas no valen para nada? quien comentó que escribir una novela es mirar para otro lado, quizás no, quizas escribir una novela sea "efentarse al Todoterreno de la adversidad".

Antonio Valcárcel dijo...

...La novela puede ser una evasión para el escritor, una denuncia social, un encuentro espiritual o una denuncia a su partido; suelen haber cosas más importantes que concienciar a no se quien: -¿Que hay que crear más centrales nucleares, más abortos consentidos que no es lo mismo que con sentido?- Hay cosa, que para muchas personas, no están o estamos por admitir como verdaderas, catalogar al "oso como animal de compañía" Yo he visto bastante de la trayectoria política como para presentir subjetivamente que las torres de babel nunca alcanzan la altura necesaria para ver a Dios. Ni los operarios, hablando cada uno en distintas lenguas, se pueden coordinar los gremios. El desencanto de la política afecta al 50% de los votantes legalmente con derecho al voto. UPyD nació con una promesa de ser distinto, con una cocina de autor, donde los pinches íbamos a tener que cortar hortalizas y algún bakalado que otro. Pero, algunos autores y, que son pocos, han decidido ser ellos mismos los pinches y los cocineros: la limpieza de la cocina será cada cuatro años, para militantes y simpatizantes. Así no hay quién se mantenga entre los fogones, sólo a base de cuotas bancarias, al final de cada mes.