Estoy en casa. El día ha sido duro. Sentado en el sofá pienso en lo fácil que resulta, para mí y para tantos otros, la función de respirar; y lo importante que es. Y me dejo envolver por la sensación de que vivo en el oxígeno que me alimenta.
Acabo de volver del hospital, donde el estado de Pilar ha sufrido una fuerte agravación. En su afán por cobrar aire, Pilar se agotaba, y eso le suponía una mayor necesidad de oxígeno. Era el círculo vicioso de un ahogamiento a cámara lenta.
De modo que los médicos le han instalado un gota a gota. Pero, sobre todo, la han sedado para que no sufra; para que, si es posible, se relaje y así pueda mejorar su situación. ¿El círculo virtuoso de la recuperación?
Nadie lo sabe. Esta chica ha superado muchas otras crisis -"decenas de metas volantes”, le decía a mi hermano Pedro-, para no saber cuál será la definitiva -"la meta final".
Pero el respirador no da más y Pilar no tiene ya el más minimo colchón de oxígeno adicional.
Por otra parte, la sedación tiene sus límites, superados los cuales podría entrar en una fase terminal.
- Entra dentro de lo posible que caiga en un coma farmacológico -me dice el doctor con el que hablo..
Pilar es muy fuerte, de organismo y de cabeza. Tiene la constitución de un atleta en los Juegos de Berlín, y la voluntad terca de su padre y la obstinación irredomable de su madre.
Lo dice todas las mañanas, cuando apenas una enfermera abre la puerta de su habitación para saber cómo se encuentra : "Quiero seguir estando viva".
Y ahora, la pelea aletargada vuelve al terreno de su organismo; donde la coraza de Pilar ha librado decenas de batallas. Y las ha ganado todas.
He hablado con Rosa, me han llamado Carlos y Juan Luis; con Marisol, Katy, Rodolfo y José Luis. Suspendo mi campaña.
Y vuelve la imaginación a esa habitación de hospital donde la muerte revolotea sobre su cama en la forma del oxígeno que no recibe. Y la vida se llama, se sigue llamando, Pilar.
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6 comentarios:
Querido Fernando:
Animo y un abrazo.
Un beso a Pilar.
¿Pilar? ¿Tu hermana, quizás?
Estimado Fernando:
Sobrecogedora experiencia y vivencia la que plasmas en este artículo sobre tu hija Pilar.
Tu pluma de escritor ha sido capaz de arrancarme las lágrimas cuando relatas la enfermedad y los avatares de Pilar frente al respirador artificial. Y como tú dices que tiene el carácter de su padre y su querida y extinta madre de seguro será capaz, Pilar, de adaptarse al respirador y vencer cualquier adversidad. Rezo porque así sea.
Recibe mi más profundo sentimiento y mi deseo de que se recupere.
Querido Fernando;
Apenas te conocía , pero ahora tras tu discurso en el Arriaga y en tus crónicas sobre la enfermedad de tu hija, quiero transmitirte mi admiración por tu entereza y toda mi solidaridad.
Un abrazo, querido amigo.
Todo mi animo y apoyo Fernando, y un besazo para plar, ojala salga a delante.
Un Abrazo
Me uno a ti Fernando
¡Respira, Pilar!
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