viernes, 23 de julio de 2010

Intercambio de solsticios (68)

Esa mujer hizo lo que hizo. Al día siguiente se me hinchó mucho más. Mi hermano Domingo le dijo a mi padre: “¿Cómo puede pasar eso? Si quieres matar a alguien, mátame a mí. Pero al menos es una niña, déjala que esté bien. Esa niña, primero, no puede estar con ustedes porque tú no quieres. Encima viene a visitarnos y se pone enferma. Es que, por mí me da vergüenza, vergüenza me da”.
Bueno, mi madre cuando pasaron tres días, ante la gravedad (sic) que estaba yo, y que quería llevarme a otros curanderos, y mi padre no dejaba, porque el médico le había dicho que había mirado dentro, de hecho me metió algo dentro para ver si era trombosis o algo, que se me había coagulado la sangre o agua, pues me metió miles de herramientas ahí dentro, y no había nada, nada de nada. Hacían fotocopias y solamente tenía hinchadas las venas, pero los huesos, normal y corriente.
Bueno, entre médico y curandero, como yo tenía un defecto de cuando yo era niña, yo odiaba a los médicos. Ahora (…) menos, pero sí que odiaba a los médicos, sí. Entonces, mi madre no podía llevarme a otro curandero, porque mi padre no quería. Y, ante esa gravedad, pues mi madre llama a sus hermanos natales para que, a sus herman(o)as de padre y madre para que vengan a hablar qué es lo que había pasado. Mi padre amenazó que si entrasen esa gente en su casa les mataba a cuchilladas. Y, bueno, mi madre dejó a la gente que son hermanos de él por el tribu (sic) que les une, que también viven en el mismo pueblo que nosotros.
Bueno, entonces, esos hermanos se reunieron. Entre ellos había un brujo, muy famoso, y le dijo: “Antonio, tú y yo sabemos lo que ha pasado con esa niña. Así que es mejor que nos digas la verdad, o yo te voy a enseñar quién soy yo”. Mi padre tenía un poco de miedo a él, porque decía que era muy, muy brujo. Entonces, mi padre en vez de decir sí o no dijo: “Yo ya lo había dicho: Esa niña no me gusta nada. Yo siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo: Esa niña no me gusta nada. Desde que nació me ha caído mal, y me sigue cayendo mal. Yo, o soy yo quien viva o es ella quien viva. Pero los dos no podemos vivir, en es misma familia los dos no podemos vivir. Alguien tiene que quitarse”.

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