jueves, 22 de julio de 2010

Intercambio de solsticios (67)

VEINTIOCHO ONCE UNO

Ya ves, van cayendo las hojas del calendario,
Y tus ojos se perfilan otra vez como cristales,
Este pequeño apartamento en el que vivo
Se poblará de fantasmas,
De tu padre,
Mis hermanos,
Yo mismo
Intentando explicar a nuestro mundo que te has ido,
Intentando explicarnos a nosotros que nunca te volveremos a ver.
Regresaré a la imagen de tus cabellos rubios
Cubriendo una frente que ya está fría,
Y a observar esa pierna que se sale de la manta,
Decir a lo que ya no eres tú, ten cuidado,
No vayas ahora a coger un resfriado.
Luego, tal vez, el recuerdo volverá sobre los días,
Me veré paseando solitario,
O sonriendo a nuestra hija,
Cuando sólo me apetece llorar,
O llorando simplemente en soledad.
Ya hay una rosa nueva sobre ese mueble,
Junto a una foto y un recipiente en los que estás tú,
Pero mis besos resultan siempre fríos.
Sé que estás ahí, pero no te siento.
Porque estás más cercana en los recuerdos,
En la frescura de Pilar,
En las cosas que tocabas con tus dedos, y aún conservo,
En los cuadros inacabados que he colgado
En ese salón donde apenas alguna vez fuimos felices.
Pero tu presencia flotará un día entre las aguas,
Cuando me pedías un beso, y te lo daba,
Y volará en la brisa del paseo,
Cuando hablábamos del último libro de Juan, por ejemplo.
Y seguirá prendido en el sol que se cuela entre las hayas,
Cuando parloteabas sin cesar.
Y yo pensando que durarías siempre,
Y tú pensando que te estabas yendo.
¿Cómo será el día uno?
¿Cómo el dos y el tres y el cuatro?
Cuando se vayan agotando las historias,
Cuando se vayan marchando las personas,
-Quizás yo mismo,
Quizás siga pasando aniversarios-,
¿Me habré reconciliado con tu ausencia?
O querré volver a tus abrazos,
A los besos de buenas noches,
A tus frases ingeniosas,
Y a tus locuras trepidantes.
No lo sé, soy una nave
A merced del temporal,
Creía que la gobernaba,
Pensaba que era fácil
Pasar un año entero,
Solo,
Sin ti.
Pero a veces siento que no puedo más,
Que encuentro menos razones para continuar,
Y que las razones sólo tienen nombre de mujer,
Y un cuerpito anclado a una cama, a una silla.
¿Estás triste?, me preguntas,
¿Y cómo quieres que esté?
Porque cuando salí del aturdimiento,
Me encontré de repente con tu foto
Y la certeza de que no te volvería a tener.
Ya comprendo que esta noria rueda,
Y que da lo mismo,
Diga lo que diga, hoy, mañana,
O a lo mejor el día dos, el tres o el cuatro,
Puedan variar las frases,
Para esconder sin embargo los mismos sentimientos.
Y soy capaz de gritar:
¡No me gustan los recuerdos!
Te atormentan,
Te hacen un agujero en las tripas,
Provocan agua en mi ojo izquierdo.
Tercamente quiero repetir esos momentos,
O mejor, vivir, construir otros.
Pero tu distancia es ya infinita
Aunque mi presencia la rechace.
¿Por qué la muerte? ¿Por qué en ti?
Los médicos explican las causas físicas,
Los curas avanzan sus respuestas espirituales
-Ya han perdido buena parte de su convicción-,
Y los amigos hablan del tiempo que pasa,
Que con él se van las penas.
Yo no lo sé,
Sigo en el barco,
La tormenta permanece,
Y cuando hoy le escuchaba a Pablo,
Cantar sus canciones de amor,
Y desamor,
Sólo estabas tú,
Y yo muy bajito,
Te decía,
¿Me escuchabas?,
Eternamente Lupantas.
Sólo esperando los días veintiocho,
Uno, dos, tres y cuatro,
Para comprar unas flores,
Que sustituyan las velas,
Y encargar una misa,
Esta vez en Bilbao,
Donde no nos conocimos,
De donde fuimos,
Donde sólo querías morir.
Una, dos, tres, cuatro.
Muchas lágrimas, dos, tres, cuatro veces.
Sólo estoy solo sin ti,
La otra soledad no me asusta,
Y tendré que terminar esto,
Porque estaría escribiendo lo mismo,
Uno, dos, tres, cuatro días,
Los días de las flores,
Los días veintiocho,
O los días de las velas,
Que son todos los demás.
¿Cómo me gustaría
-Sí, ya sé que no es posible-
que sonara tu llave en la puerta
y fueras tú misma quien entraras!
¿Cómo puedo decirte
Que te quiero?
Sí,
Ya le he puesto
El fin.

Bilbao, octubre de 2003.

1 comentario:

Sake dijo...

Hay ausencias que nunca nos abandonarán, por mucho tiempo que pase.