martes, 23 de octubre de 2007

DEBATE MONOGRAFICO SOBRE SEGURIDAD Y SALUD LABORAL

Me gustaría abordar este debate desde una aproximación real al problema, sin juicios previos y desconectado de la habitual confrontación político-sindical que hace estragos en este país y en este particular asunto. Una aproximación, por lo tanto, desconectada de toda demagogia. Porque -como todos los portavoces que han hecho uso de la palabra ya han manifestado, y lo harán quienes sigan haciéndolo en el día de hoy- se trata de un asunto muy serio. . En el pasado año 2.006 se han registrado un total de 46.730 accidentes de trabajo; de ellos, 322 respondieron a la calificación de "graves" y tuvieron consecuencia de muerte 52. Son cifras inasumibles para una sociedad civilizada y presuntamente previsora que está concluyendo la primera década del siglo XXI. Cifras que intentaré situar en su contexto a lo largo de esta intervención.
Es preciso reducir al máximo estas cifras y, para hacerlo, no basta con sumarse al corifeo de los que reparten culpas a diestra y siniestra. Es necesario realizar un diagnóstico acertado y proponer un camino practicable para la mejor solución del problema. Entiendo que los ciudadanos exigen de los políticos que hagamos olanteamientos en positivo y ese pretende constituirse en el el sentido de mi intervención en la mañana de hoy.
La ley española parte de un concepto genérico del accidente de trabajo: "toda acción que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena", dice el art. 115 de la LGSS.
Esta definición admite como accidentes de trabajo a enfermedades cardiovasculares o a accidentes de circulación que se producen "in itinere" y que suman en su conjunto la mitad de los accidentes laborales.
En relación con la UE ocurre:
- que algunos países no contabilizan los accidentes "in itinere" o los de tráfico, como es el caso de Irlanda o del Reino Unido.
- en ocasiones no se consideran mortales cuando el fallecimiento no sigue inmediatamente al accidente.
Y, en una aproximacióm exenta de demagogia habría que separar responsabilidades de causas. Una cosa es que se responda al accidente y otra que se sea causante del mismo. Pasa lo mismo con los seguros de automóviles y los accidentes de tráfico: los jueces tienden a no estimar las excepciones contenidas en los condicionados de las pólizas, tratan de atender a un criterio de orden indemnizatorio..
Es verdad que, cuando fallan las medidas preventivas, coinciden las notas de causante y responsable en el empresario.
Pero existe también como causa la fatalidad o la no observancia de medidas preventivas por parte del trabajador.
Para trabajar sobre las causas habría que identificar cuatro ámbitos:
- el empresario, que es el que crea el riesgo;
- el trabajador, que lo sufre;
- la administración, con los instrumentos de que dispone para combatirlo. En el caso de la CAPV, a través de Osalán;
- la sensibilización social, de manera que se introduzca el valor seguridad como un valor generalmente asumido. En este sentido, nadie se escandaliza en España porque no se integre en los currículos de FP la asignatura de seguridad en el trabajo.
Empezando por las causas, habría que formularse la siguiente pregunta: ¿se encuentran entre las causas de la siniestralidad la temporalidad y la subcontratación?
Puede, sin duda, existir una cierta relación de causalidad; pero no deberíamos olvidar que.el riesgo se encuentra principalmente en la actividad antes que en el tipo de contrato.
Por ejemplo, tomando como caso ilustrativo a la Administración Pública, hay más accidentes laborales en la Ertzaintza que en Osakidetza, que sin embargo se encuentra a la cabeza de los contratos temporales.
Y en el sector privado, hay baja siniestralidad en el comercio y la hostelería -que concentran buena parte de la temporalidad- y más alta en la química y el metal -con una alta proporción de contratación fija.
Y está el factor de la edad: la mayoría de los accidentes laborales con consecuencia de muerte se concentran en trabajadores de más de 30 y 50 años, donde existe una elevada tasa de contratación indefinida.
Y el colectivo femenino, que concentra el 39% de la temporalidad, presenta unos índices de siniestralidad entre 5 y 7 puntos menos que entre los hombres.
Es preciso distinguir entre el fenómeno de la subcontrtación y el de la subcontratación en cadena. La primera trae su causa de la especialización y de la colaboración interempresarial, bajo el principio de que cada uno se concentra en lo que mejor conoce.
En la subcontratación en cadena existe una cesión de unidades de producción o de obra, sin aporte de valor y casi exclusivamente con objeto de una reducción de presupuesto.
Por lo tanto:
- hay que identificar y prevenir todos los riesgos que pueden aparecer en la empresa y en el puesto de trabajo.
- la mayor parte de los accidentes graves se deben a un grupo reducido de riesgos.
- por lógica, habrá que concentrar la atención y las actuaciones en los riesgos que producen más accidentes
Dicho lo cual, ¿qué evolución está teniendo la siniestralidad?
.Si hay que creer en las estadísticas, en términos comparativos, el total de accidentes ocurridos eh la CAPV era de 50.585 en el año 2.000; y de 46.730 en 2.006. . Los años 2.001 y 2.005 representan puntas de agravamiento en esta decreciente tendencia.
En cuanto a accidentes graves y mortales, el año 2.000 sumaron 556 y el año 2.006 374, ,con iguales puntas que en el conjunto.
Y, a pesar de Disraeli y sus peor que "bloody lies", entiendo que la estadística.que mejor define la siniestralidad laboral es el llamado "índice de incidencia", que compara los accidentes con el número de trabajadores en activo. Pues bien, este "ratio" ha pasado del 77'96 por cada 1.000 trabajadores en el año 2.000 al 61'54 en 2.006, con una punta de 64'66 en 2.005.
¿Ha sido la administración vasca la principal responsable de esta tendencia?
Sinceramente no lo creemos así.
Como argumento que acredita lo que decimos habrá que examinar el instrumento de que en este sentido fispone el Gobierno Vasco: Osalan.
- Habrá que empezar por decir que el documento no realiza un análisis interno de su situación.
- No se han modificado sus funciones ni organización una vez aprobada la LPRL.
- Que siga organizándose en base a sectores y no a especialización como sugiere la ley y la directiva marco es otro de los pasivos a anotar en su particular cuenta de resultados.
- Osalan no es una herramienta para combatir los accidentes de trabajo y ni siquiera sirve para coordinar en este sentido.
- El 40% de las horas de sus técnicos se dedica a planes de siniestralidad, con un resultado mínimo.
- No existe coordinación entre sus áreas de trabajo.
- Tampoco estamos de acuerdo con la habilitación de Osalan en inspectores. No se debe ser a la vez juez y parte.
En definitiva: no podemos pedir un cambio de mentalidad a la sociedad respecto de este problema si no ajustamos previamente el instrumento de que disponemos para ello..
Para toda la tarea que tenemos que emprender se nos presenta un documento probablemente sobreabundante, que a pesar de su extensión exigiría de una mayor concreción.
Se crean hasta 17 grupos de trabajo. ¿Se acuerdan ustedes de Napoleón Bonaparte, que cuando es preciso enterrar la solución de un problema hay que crear una comisión? No una, 17. Por cierto, tantas como CCAA existen en España.
Termino ya. Las políticas de prevención en materia de siniestralidad laboral deben abordarse desde el triple acuerdo: Administración, sindicatos y organizaciones empresariales.
Si la Administración vasca no ha conseguido propiciar el acuerdo en esta materia, al menos entiendo que el Parlamento debiera realizar el esfuerzo de marcar un estilo diferente: hacer posible un acuerdo donde otros no saben, no pueden o, simplemente, no quieren intentarlo.
Este es el propósito que ha animado esta intervención y que informa las propuestas de resolución que debatiremos en su momento.
No se quiera ver una especie de voluntarismo político en esta intención, sino más bien una llamada de atención a los agentes sociales y al Gobierno, que por cierto demuestra lo que vengo manifestando desde antiguo: que si el Gobierno Vasco convoca a los agentes sociales, a todos, a una reunión tripartita, tarde o temprano los agentes sociales, todos, acabarán sentándose en la mesa.
Por lo demás sólo me queda desear buenas prácticas y mejor éxito al trabajo de todos los implicados en esta fundamental tarea, y me gustaría que por el Parlamento y los grupos que lo componen no se le resten apoyos al combate de la siniestralidad laboral. Que, por lo menos por este parlamentario no quedará.

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