viernes, 10 de abril de 2009

Otra de embajadas

Llego con 10 minutos de antelación a la embajada de Austria, que está ubicada en un piso del paseo de la Castellana. Me recibe una chica joven con zapatillas deportivas rojas. Hay un largo pasillo hasta el despacho de la embajadora de donde esta emerge.
Ulrique Tilly viste traje de chaqueta sobrio con pantalón y se mueve nerviosa. Es una mujer menuda.
Tengo la vaga sensación de haber interrumpido alguna gestión con mi impuntualidad y que la embajadora quiere resolver la entrevista cuanto antes.
"Contra la prisa, tranquilidad", pienso para mi coleto. Así que detallo con parsimonia el objetivo que pretendo: dar a conocer UPyD a los diferentes países miembros de la UE.
Pero la señora Tilly no se relaja, de modo que invoco en mi ayuda el nombre de Paco Sosa.
- Nos vamos a presentar a las europeas -le digo- y nuestro candidato es un gran admirador de su país.
La sola mención de Sosa Wagner causa el efecto deseado. La embajadora cambia su expresión y se confiesa recíproca admiradora del profesor y de su conocimiento de la historia austro-húngara. "Uno puede haber visitado Viena, pero por razones de turismo. Lo que no es el caso", dice. "Exprésele mis mejores deseos, y que podemos almorzar cuando quiera", añade.
Entonces hablamos del País Vasco. Le explico que fui parlamentario desde 1.990 hasta 2.007 y la señora Tilly comprueba mi tarjeta un tanto confundida. Le digo que abandoné el PP -y mi escaño- para sumarme al proyecto de UPyD.
La embajadora me cuenta que pasó unos días en Euskadi. "En una ocasión, en la parte vieja de San Sebastián, busqué en vano una placa que recordara el lugar en el que fue asesinado Gregorio Ordóñez", refiere. "Pero me di cuenta de que ‘eso’ es distinto".
Me describe la escena que vivió en un bar de esa zona vieja donostiarra. "Entraron unos jóvenes con el pelo corto, tipo 'skin heads'", dice. "Empezaron a hablar en euskera y en tono muy alto. La gente se calló".
Y nos referimos al miedo que recorre los pueblos del País Vasco como una mancha de aceite. "Sólo si actuamos desde el Estado de Derecho y sin concesiones a la banda terrorista podremos ganar", le digo. "Si no hay alcaldes filoterroristas y la gente observa que puede manifestar sus opiniones sin temor a represalias las cosas cambiarán", añado. "Pero no se conseguirá de la noche a la mañana", concluyo.

Francisca Hernanz -del Grupo de Trabajo Internacional de UPyD- me acompaña a la visita a la embajada de Alemania. El embajador, Wolf Ruthart, nos recibirá en su residencia de la calle Zurbarán, contigua al edificio de la embajada de la calle Fortuny.
Se entra a un amplio jardín con suelo de piedrecillas que se hunden levemente a nuestro paso. En la entrada se encuentra la joven Daniela Vogl, que es la segunda secretaria política y protocolo, según reza su tarjeta. Es una chica de sonrisa tímida que dice encontrarse muy a gusto en Madrid.
Daniela nos dirige a un amplio salón en el que se sitúan 4 butacas. Dejamos libre la de mi derecha para el embajador. Un camarero nos sirve café.
El señor Ruthart es más bien ancho, pero alto, y viste con chaleco; un pañuelo blanco, en paralelo con el bolsillo exterior de su traje de chaqueta sobresale de este.
El embajador es una autoridad diplomática entre los representantes diplomáticos de la Unión Europea. Lo sabe y la ejerce. No se conforma con la lectura de los periódicos. Conoce a los protagonistas de los acontecimientos: a Rosa Díez -"estuve en su sede", nos cuenta-; a Patxi López -"nos explicó que la economía de Euskadi, como la nuestra, es más sana que la de España", asegura o a Antonio Basagoiti -"son más moderados que María San Gil"-, opina.
Después de nuestro intercambio de reflexiones sobre la situación política española, le pregunto a Ruthart respecto de los pronósticos que puede ofrecernos acerca de las próximas elecciones en su país:
- Hay 9 puntos de distancia entre los cristiano-demócratas y los socialistas. Después están los liberales, que han subido mucho, en torno a un 15%; luego los verdes y, por fin, el partido que surgió de una escisión del SPD y que se sitúa a su izquierda. Creo -dice el embajador- que si salen los números la coalición más probable es la burguesa de los demócrata-cristianos con los liberales, en momentos de crisis estos acuerdos gustan al electorado. Claro que siempre puede haber una gran coalición, lo que no cabe es una de izquierdas entre el SPD y su escisión porque aquellos se han comprometido a no hacerlo -explica Ruthart.
Hablamos acerca de la importancia de la previsibilidad en política y del cumplimiento de la palabra dada.
Con previsión germánica, el embajador nos invita a la fiesta de Alemania para el 1 de octubre. Se celebra el 20º aniversario de la caída del muro de Berlín. Y yo recuerdo, el verano siguiente, mi visita a aquella gran ciudad que recuperaba la libertad y la esperanza.
- Asistiremos a la fiesta. No faltaría más -le aseguramos.

2 comentarios:

Sake dijo...

Embajadas de Austria y Alemania. Nada más y nada menos. Cuanto marcan ésos paises, la historia Europea. El pensamiento y las circunstancias, les llevaron por caminos angostos. Las pruebas pasadas por Austria y Alemania, ha sido terribles. Pero particularmente ésta última, marcadas a fuego por el Holocausto, cima del racismo mas descabellado. A veces los humanos se encuentran ante pruebas de tal embergadura, que les es difícil salir indemnes. Todo éso lo ha vivido Europa, el camino de su civilización, la ha sometido a tremendas pruebas, ¿todas ésas pruebas han sido en vano?, creo que marcan un camino y un aviso para el mundo.

Antonio Valcárcel dijo...

Por Pilar Rahola

La Vanguardia - 31.03.09

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El término, Acuña en alemán, de la famosa Prusiana canciller Otto von Bismarck, la reunificación alemana y el arquitecto del hombre con un gran instinto pragmático. Algunos historiadores consideran el cerebro de la diplomacia europea, y, sin duda, de cara a la realpolitik, que tratan de evitar con la opción-armamentística alemana Weltpolitik más tarde, que conducen al horror de dos guerras mundiales del siglo. Desde esta perspectiva, la realpolitik achegue considera un positivo para xeopolítica no está a favor de los gases de escape armamentísticas grandilocuentes acciones de apoyo a la vía de la negociación y la diplomacia.

Esto lo digo yo:

Temo a los aprendices de brujo que ofrecen humo en las embajadas, cuando sus propias bases aún carecen de estructura y consolidación en su partido. Son previsiones que no sabemos la minuta que se paga por los afiliados; y sus cuentas siguen sin ser presentadas.

Basagoiti dicen que es más moderado que María Sangil, no lo sé a ambos dos siguen siendo buenos amigos, de lo cual me alegro.
Lo peor somos aquellos que hemos apostado por la trasversalidad y hemos sido traspasados a cuchillo por un puñado de dogmáticos que sólo creen en su trasversalidad e intereses personales.